El presidente en funciones ha convertido al PNV en el árbitro del Senado. Sánchez se ha vendido con condiciones...
El presidente en funciones ha convertido al PNV en el árbitro del Senado. Sánchez se ha vendido con condiciones. Los nacionalistas vascos le apoyarán en la investidura. El líder socialista tampoco vacilará en conceder a ERC todo lo que le sea posible. Oriol Junqueras y Rufián lo saben y van a exprimir a Sánchez hasta que no quede zumo en el limón.
Ante lo que le espera a España con la rendición de Sánchez, Inés Arrimadas, a pesar de la debilidad de Ciudadanos, ha ofrecido al presidente en funciones negociación y acuerdo con su partido y el PP. Por el momento, Sánchez no se fía y prefiere a los secesionistas, aunque como su indeclinable propósito consiste en mantenerse en Moncloa a toda costa, no desecha la posibilidad de virar a estribor si el acuerdo con el secesionismo catalán, que algunos dan por cerrado, llegara a fragilizarse.
Los partidos constitucionalistas debieron ofrecer el día 11 de noviembre una solución de Estado. Apoyo a un Gobierno en solitario del PSOE, pero con otro presidente como por ejemplo Josep Borrell. No lo hicieron y los secesionistas catalanes han cercado a Sánchez y están dispuestos a aprovecharse hasta el límite de su debilidad. Tanto el líder socialista como ERC saben que, aunque sea en el último momento, los separatistas apoyarán a Sánchez porque es la mejor fórmula para ellos y la peor para España.
Bien, en todo caso, por Inés Arrimadas. Pedro Sánchez no podrá decir que como no había otra fórmula para evitar nuevas elecciones se vio obligado al acuerdo con el secesionismo. La coartada sanchista queda desmontada. Y ante la incertidumbre de la situación, empresarios relevantes apuestan ya por unas nuevas elecciones antes de que se consume el Frente Popular, la liquidación de la Transición y el alarmante choque otra vez entre las dos Españas.