¿Y POR QUÉ NO SEIS MESES?

¿Y por qué no seis meses? ¿Y por qué no hasta Navidad? Burlando la Constitución, el César Sánchez pretende ahora que se prorrogue un mes más el estado de alarma. Está claro que lo que le gustaría es llegar a Navidad con plenos poderes. Dispone solo de 120 escaños, pero parece dispuesto a pagar todos los peajes necesarios al PNV, a ERC, a Ciudadanos y por supuesto a Podemos, con tal de seguir mandando desde la poltrona curul del palacio de la Moncloa.

Tiene ya un plan B. Si los partidos no se pliegan a sus deseos, propondrá una ley que le permita dictar el confinamiento sin necesidad de acudir al Congreso de los Diputados cada quince días. No parece fácil que el Tribunal Constitucional se trague un recorte de los derechos fundamentales, pero Pedro Sánchez está dispuesto a intentarlo.

Tiene a sus órdenes al enmascarado comité de expertos científicos. Dictaminarán aquello que convenga al presidente para que continúe manejando a su antojo al pueblo español, cada día, por cierto, más alerta sobre los abusos del sanchismo galopante. El cinismo y el engaño pasarán algún día factura contundente. Entretanto, el César Sánchez ha urdido una vasta operación de compra de votos que le asegure la victoria en las urnas. Las denuncias del periodismo serio a la operación ya han tenido eco en los partidos hostiles al Gobierno, pero después de lo que ha ocurrido con el PER en Andalucía y Extremadura durante cuarenta años, no parece fácil poner coto a ciertos desmanes.

Inés Arrimadas, aunque con solo una decena de diputados, intenta hacer lo que no supo o no quiso Albert Rivera, tras las elecciones del 28 de abril de 2019. Pero reinstalar a Ciudadanos como partido bisagra no significa entregarse a los deseos de Pedro Sánchez. El apoyo de Ciudadanos al sanchismo solo puede entenderse desde la exigencia.