ACIERTA INÉS ARRIMADAS

En abril del año pasado, el pueblo español votó por un Gobierno de centro izquierda. Entre el PSOE y Ciudadanos sumaban 180 escaños, es decir, una holgada mayoría absoluta. Albert Rivera, tal y como algunos habíamos vaticinado, se convirtió en el árbitro de la situación. Un par de años antes había firmado con Pedro Sánchez, ante las cámaras de la televisión, un acuerdo con 150 puntos programáticos. Se negó, sin embargo, en abril de 2019, tras las elecciones generales, a hablar con el líder socialista, desencadenando una situación, que hundió su carrera política, y originó el Gobierno actual.

Inés Arrimadas quiere reconstruir el partido Ciudadanos como centro-centro, como bisagra tanto para la derecha como para la izquierda. Le apoya Edmundo Bal, que se ha acreditado como uno de los hombres relevantes de la política española. Pedro Sánchez hubiera pateado con placer el trasero de Ciudadanos, pero se ha dado cuenta de los recelos de Angela Merkel a proporcionar ayuda económica a un Gobierno de Frente Popular, como el español, con ministros comunistas. El sanchismo solo se puede presentar ante Europa de forma aceptable de la mano de Ciudadanos. Por eso Pedro Sánchez ha abierto los portones del palacio de la Moncloa a la negociación con Inés Arrimadas.

La lideresa del partido centrista ha acertado, a pesar de las críticas y de algunas precipitadas fugas de centristas destacados, al aceptar el encuentro con el PSOE sanchista. La negociación no es fácil para ninguna de las partes. Habrá que confiar en la mano izquierda y en la habilidad política de Edmundo Bal, porque no solo el sanchismo necesita el dinero europeo, lo precisa España para vadear el precipicio en el que se zarandea la entera economía de la nación.