LA GEOMETRÍA VARIABLE DE PEDRO SÁNCHEZ

“Si Pedro Sánchez necesitara pactar con Vox, lo haría”, me ha dicho esta mañana un socialista sobresaliente. El presidente dispone solo de 120 escaños y está dispuesto a jugar con la geometría parlamentaria variable que le mantenga instalado en su poltrona monclovita.

Podemos ocupa una suculenta parcela del poder ejecutivo y se esforzará por mantenerla, aunque tenga que hacer sordos los oídos ante las maniobra de Pedro Sánchez, sobre el que pesa una Europa liberal conservadora y un empresariado del que depende que España intente superar la catástrofe económica que se avecina.

Pedro Sánchez juega ahora la carta de Ciudadanos, no por la potencia del partido de Arrimadas, sino para abrir desde él la negociación con el Partido Popular que es lo que Europa exige. Entre Podemos y el PP, la Europa actual ha elegido al partido de Pablo Casado y el César Sánchez lo sabe. Para mantenerse en el equilibrio inestable de su actual situación, el presidente necesita abrir los portones populares. Tiene la esperanza de que Podemos se conforme. Para Pedro Sánchez lo importante es prolongar la legislatura hasta su extinción y se ha dado cuenta de que la alianza con Podemos y los partidos separatistas no es bastante. Tenemos frontera y moneda comunes con Europa, lo que significa un condicionante decisivo. Cuando Bruselas amenazó a Zapatero con enviarle la troika e intervenir económicamente España como había hecho con Irlanda, Portugal y Grecia, el presidente socialista replegó velas y se adaptó a las directrices europeas. El peso de la Europa unida es ahora menor, pero todavía lo suficientemente fuerte para que Pedro Sánchez, en su juego trilero de geometría variable, no tenga otro remedio que aceptarlo, poniendo en marcha las medidas políticas y económicas que le exigen. Difícil saber lo que va a ocurrir, aunque hay al menos un punto nítidamente claro: Pedro Sánchez hará todos los equilibrios necesarios para mantenerse en el poder.