UN DIEZ PARA PEDRO SÁNCHEZ

Solo el sectarismo puede pretender fragilizar el éxito del acto institucional celebrado en la Plaza de la Armería del Palacio Real. La emoción que inundó a todos exige el reconocimiento general. Todo ha sido excepcional: la elección del lugar, el sentido de la medida, la música interpretada, la ofrenda floral, las intervenciones de los que hablaron, el bellísimo poema sobre el silencio de mi inolvidado amigo Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura, y las palabras sobrias, medidas, precisas, de Su Majestad el Rey Felipe VI, al que acompañaron la Reina Letizia, la Princesa de Asturias Leonor y la Infanta Sofía.

Los españoles pueden sentirse orgullosos del homenaje de Estado a las víctimas de la Covid-19. Ha sido una muestra significativa de la madurez del pueblo español y del sentido de la responsabilidad de las autoridades nacionales, autonómicas y municipales. Algunos han subrayado la ausencia de una representación religiosa adecuada, por la significación de la Iglesia católica en la vida española. En mi opinión, lo que hay que subrayar es el acierto general del acto celebrado con contenida solemnidad.

Un diez, en fin, para Pedro Sánchez. No seré yo el que regatee elogios hoy al presidente del Gobierno después de las incontables críticas que le he dedicado en los últimos meses.

Pedro Sánchez, y su equipo de colaboradores, han acertado plenamente en el acto de Estado. Y la objetividad periodística exige reconocerlo así.