El duelo de pretemporada se anuló en el segundo cuarto, tras el incidente.
Este domingo se vivió en el polideportivo Magariños lo peor que puede ocurrir en un partido, sea de pretemporada -como era el caso- o de competición oficial. Estaban jugando un amistoso Movistar Estudiantes e Iberostar Tenerife y el duelo transcurría sin más inconvenientes que la falta de automatismos propia a estas alturas del calendario.
Hasta que en el inicio del segundo cuarto, con 21-24 en el marcador, Dejan Todorovic entró a canasta con la voluntad de finalizar la jugada con fuerza. Salió al paso del jugador balcánico Alec Brown, que quiso taponar o, al menos, obstaculizar el intento del atacante. La maniobra se ejecutó, por ambas partes, con una intensidad descontextualizada de la naturaleza del envite.
Y el resultado no pudo ser peor. Todorovic fue el que salió peor parado del choque y cayó al suelo, detrás de la canasta. Lo hizo emitiendo grandes gritos de dolor, en una de esas estampas estremecedoras que por desgracia ocurren cada cierto tiempo. Este jugador fue atendido con urgencia y desde el primer momento se entendió en el pabellón que se trataba de una lesión grave.
Esa percepción era tan generalizada que ambos equipos convinieron en suspender el partido en ese mismo minuto. Estudiantes e Iberostar Tenerife se estrecharon la mano con preocupación. Y desde el equipo madrileño se emitió un mensaje de apoyo coyuntural en el que se expresada el deseo de que "todo se quede en un susto". Además, enviaron "toda" su "fuerza y ánimos al jugador".
Pasadas las horas se supo la dimensión de la dolencia que había parado un partido. El alero serbio del conjunto canario sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Así lo confirmó su equipo, entidad que lamentó la larga duración de la recuperación que va a tener que enfrentar a partir de ahora Todorovic. "En los próximos días, una vez que baje la inflamación inicial, el jugador será sometido a una cirugía", añadió la nota.
El jugador fue atendido con celeridad en el Hospital Asepeyo Coslada, centro médico que emitió el mencionado diagnóstico. Allí se llevó al alero desde el polideportivo Magariños de Madrid. El Tenerife, de este modo, ha quedado en shock justo antes de comenzar el curso. En un giro de los acontecimientos que ha dejado al baloncesto nacional congelado.
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