El Gobierno prepara su reforma de pensiones con el plan ‘España 2050’

En un osado ejercicio de política ficción, el presidente del Gobierno ha presentado su agenda hasta 2050. Pedro Sánchez es un político aficionado a los anuncios grandilocuentes que pretende igualar sus logros futuros con los de la Transición española, tal y como ha resaltado en su discurso. Poco importa que, hasta ahora, tan sólo tenga en su haber una desastrosa gestión de la pandemia que ha situado a España a la cabeza de la mortandad por Covid-19 y de la crisis económica en el contexto europeo.

La presentación de un plan estratégico hasta 2050 supone un ejercicio propagandístico que pretende afianzar la idea de Sánchez como presidente eterno de España, al proyectar el sanchismo hacia los próximos 30 años, precisamente cuando su poder comienza a tambalearse tras el arrollador éxito electoral de Isabel Díaz Ayuso en Madrid.

El líder de la oposición, Pablo Casado, ha subrayado lo evidente: el ridículo de presentar las soluciones a los problemas de las tres décadas por venir, cuando el Gobierno es incapaz de hacer frente a las necesidades acuciantes de la actualidad.

Pero si hay un apartado que merece un comentario, de entre todos los que recoge el documento elaborado por los expertos designados por Moncloa, es el de las pensiones. Entre otras perlas, el plan del Gobierno asegura que la edad de jubilación a los 67 puede quedarse “obsoleta”.

El PSOE perdió las elecciones cuando José Luis Rodríguez Zapatero decidió congelarlas. Después de recibir las llamadas de los más altos mandatarios, cuando una crisis sin precedentes se cernía sobre España, el entonces presidente socialista traspasó así sus líneas rojas.

Se trata de un caso que conviene recordar para entender el presente. El Gobierno socialista ha lanzado varios globos sonda sobre una futura reforma de las pensiones en línea con las exigencias de Bruselas para conceder los fondos del plan de recuperación. El documento que ha presentado Sánchez trata de abonar el terreno para tratar de justificar los recortes en materia social aparejados a las ayudas europeas. El presidente debería dejarse de anuncios megalómanos y hablar claro sobre lo que planea hacer con el bolsillo de los ciudadanos.