Junts per Cat ha puesto en marcha una campaña para que los indultos a los encarcelados...
Junts per Cat ha puesto en marcha una campaña para que los indultos a los encarcelados por el golpe de Estado del 1-O, condenados por sedición contra el orden constitucional, vayan acompañados por una acción sanchista que permita al prófugo Carlos Puigdemont instalarse en España. No se puede descartar que en Moncloa se esté considerando la posibilidad de encontrar alguna fórmula de cobertura jurídica y política para la nueva tropelía.
A unos indultos, que no se van a conceder por espíritu de concordia sino para pagar una factura contraída por Pedro Sánchez a cambio del voto para la investidura y para los Presupuestos Generales del Estado, se une la suspensión de la acción judicial contra Carlos Puigdemont, cabeza de los golpistas y prófugo rebosante de declaraciones contra España y contra la democracia de nuestra nación.
En cualquier Estado de Derecho sería impensable que a un fugado de la Justicia, tras cometer delitos especialmente graves, se le exima de responsabilidades facilitándole el regreso triunfante al país. A la vista de la felonía que suponen los indultos, no parece imposible que se complete tanta indecencia política complaciendo a Junts per Cat, partido separatista que necesita su jefe para evitar quedar relegado en la vida política catalana.
Habría que exigir en el Congreso de los Diputados la aclaración por parte de Pedro Sánchez de su actitud ante las exigencias de un partido secesionista como Junts per Cat que integra la alianza parlamentaria gracias a la cual el PSOE gobierna. Contestará como siempre con evasivas el presidente del Gobierno, pero al menos deberá manifestarse porque la campaña en favor de Carlos Puigdemont es un hecho y los medios afines catalanes se están volcando para que los indultos no se produzcan solos.