Pedro Sánchez ha prometido media docena de veces que “al final de este año, los españoles pagaremos por la factura de la luz como en 2018”. Y ha insistido en que “pronto” se abordarán las medidas para abaratar el precio de la energía. De momento, nada se sabe de las milagrosas fórmulas que baraja el presidente del Gobierno. Pero ha pretendido aparentar que el Gobierno está trabajando duramente para acabar con las escandalosas tarifas.
Las fórmulas que ahora oculta Sánchez deben de ser mágicas, porque acaba de saberse que el Gobierno ha decidido que la rebaja de los impuestos del IVA, que apenas se ha notado, se replantee trimestralmente desde marzo de 2022. El PP, sin embargo, ha presentado una proposición de ley en el Congreso para que esas cargas fiscales sean eliminadas para siempre.
Pero antes de aceptar la propuesta del PP y ante su incapacidad para frenar la escalada de precios de la energía, que sigue marcando récords con el gas e impacta en la electricidad mientras se va encareciendo la gasolina, ha logrado que la UE celebre una cumbre que adopte medidas excepcionales. De este modo, el Gobierno de Pedro Sánchez evidencia su incapacidad para bajar el precio de la luz y acude a la Comisión en busca de soluciones.
Cada vez que Pedro Sánchez se enfrenta a un problema, convoca a los medios de comunicación para “prometer” que lo resolverá. Por lo general, incumple esas promesas. Pero en este caso, ha preferido acudir a Bruselas para que solucione el escándalo del precio de la energía. Y si así fuera, convocará solemnemente a los medios de comunicación para alardear de que ha cumplido con su promesa.