La euforia del Gobierno al calificar de “histórico” el encuentro entre el Rey Mohamed VI y Pedro Sánchez solo se entiende como parte de la incesante propaganda de La Moncloa para ocultar una rendición. Salvo que, eso sí, considere histórico que el presidente del Gobierno cenara ante la bandera de España boja abajo y después de que todos los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados, incluido Podemos, rechazaran la rendición del Ejecutivo ante el chantaje de Marruecos.
Porque Sánchez ha traicionado la postura de todos los Gobiernos de España y ha despreciado la soberanía popular al ceder a los deseos de Mohamed VI para que la región se convierta en una autonomía. Como le ha recordado la ONU al Gobierno español, el conflicto del Sáhara Occidental debe resolverse con un "compromiso pleno de las partes con el proceso político facilitado por Naciones Unidas". Y ese compromiso, se basa en la resolución 690 de la ONU del 29 de abril de 1991 que reconocía el derecho del pueblo saharaui a la libre determinación.
Sánchez se ha rendido ante el chantaje de Marruecos, que cuando España no acepta sus irregulares planteamientos sobre el Sáhara, recluta oleadas de violentos inmigrantes para que se abalancen sobre la valla de Melilla y, luego, se queden ilegalmente en nuestro país. Pero resulta humillante que el Gobierno español ceda al chantaje de Marruecos. Y es un escándalo que, a cambio, el presidente del Gobierno ni siquiera haya sido capaz de lograr que Marruecos se comprometa a reconocer la soberanía de Ceuta y Melilla.
El Gobierno califica de “anecdótica” la colocación de la bandera de España boca abajo. Pero nada tiene de anecdótico que Marruecos pretenda arrebatar a España la soberanía de las ciudades autónomas. Hay que esperar que Sánchez abandone La Moncloa antes de que Mohamed VI le amenace con invadirlas. Porque, en otro caso, en otro encuentro, ese sí “histórico”, el líder del PSOE es capaz de rendirse otra vez.
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