Emborracharse y acosar a Mike Tyson en pleno vuelo, mala idea

Mike Tyson sigue en forma. El que fuera doble campeón del mundo del peso pesado se mantiene entrenando de manera cómoda, mientras calienta el negocio que haría detrás de un regreso al ring para medirse a los famosos hermanos Paul (Jake y Logan, 'youtubers' que quieren entrar en la órbita del boxeo profesional). A sus 55 años, el neoyorquino tiene claro que a nada que se active en el gimnasio podrá ganar a quien sea.

Así lo ha dicho con motivo de la visita de Israel Adesanya -emblema de la UFC- a su pódcast 'Hotboxin'. El que fuera campeón más joven del mundo de la historia de los pesados expuso su punto de vista de este modo: "Tengo 55 y creo que (los Paul) están escuchando, así que si boxeo durante 30 días puedo pelear con cualquiera. Si boxeo todos esos días en el gimnasio no tengo que preocuparme por la dieta. Tengo todo lo que quiera".

Con los promotores y aficionados frotándose las manos por la dimensión del evento que se está cociendo, Tyson dio otro golpe a la atención del personal con la salida al mercado de una gominola muy especial. El otrora púgil temible se ha convertido en un empresario de éxito gracias a su apuesta por el aceite de cannabis. Y ha ideado una gominola con forma de orejas, que está a la venta en Estados Unidos. Se trata de su particular homenaje a aquel combate ante Evander Holyfield, en 1997, en el que mordió la oreja de su oponente.

En esas anda 'Iron Mike', con las 'Mike Bites' a mano del consumidor que quiera adquirirlas en las más de 100 tiendas a la que suministra en California. Y con un rancho de más de 16 hectáreas repletas de cannabis, en el que se gasta más de 40.000 dólares mensuales en hierba.

Pues bien, el Tyson adulto y mucho más comedido que antaño, que convive con el consumo de esta sustancia, ha desarrollado calma para afrontar las tensiones que se le presentan. Pero, ojo, sigue sin ser recomendable tentar a la suerte. Esto es lo que ha comprobado en la noche del pasado miércoles un pasajero que viajaba en el mismo avión que la leyenda del boxeo. Este sujeto decidió provocar al campeón. Borracho y muy impertinente, el individuo no paró hasta que la paz del deportista retirado acabó de romperse. Y entonces recibió lo que andaba buscando.