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CIERRE DE CAMPAÑA DE LAS ELECCIONES ANDALUZAS

Juanma Moreno lucha hasta el último mitin para gobernar en solitario

Juanma Moreno lucha hasta el último mitin para gobernar en solitario
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(Foto: EFE/Álvaro Cabrera)
viernes 17 de junio de 2022, 22:19h
El PP, al que todas las encuestas dan como ganador indiscutible, llama al voto útil para no depender de Vox.

El Partido Popular ganará las elecciones de Andalucía este fin de semana. Una afirmación que vaticinan con rotundidad todas las encuestas hasta el momento. La gran incógnita a resolver el domingo será si Juanma Moreno podrá gobernar en solitario con mayoría absoluta o si deberá apoyarse en nuevos pactos con Ciudadanos y/o Vox para continuar en el Palacio de San Telmo.

En los comicios de 2018, el PP logró 26 diputados con el 20,75 por ciento de los votos. El apoyo de los 21 escaños de Ciudadanos y la abstención de los 12 de Vox resultaron vitales para la histórica caída del Partido Socialista en uno de sus bastiones.

Para 2022, la subida del PP de Juanma Moreno es meteórica. En todas las encuestas el PP supera el 35 por ciento, con algunas, como las de ABC, El Confidencial o La Razón, situándolo incluso más allá de los 50 escaños.

Con la mayoría absoluta fijada en 55 escaños, el empeño de Moreno está focalizado en gobernar en solitario.

Por activa y por pasiva, el actual presidente andaluz, con la colaboración de Feijoó, ha insistido incluso en alentar a la izquierda con la abstención para evitar en todo lo posible depender de Vox para gobernar. Moreno ha llegado incluso a plantear una repetición de las elecciones si se ve forzado a depender de Vox.

Falta comprobar hasta dónde llegará el hundimiento de Ciudadanos, que de lograr mantener en torno a los tres escaños podría ser vital para que Juan Marín reedite su papel de vicepresidente. El propio Marín ha dicho que se irá de quedarse en uno o dos diputados.

La irrupción de Vox, que se aventuraba más potente antes de la campaña, se ha ido diluyendo ante los órdagos lanzados por Macarena Olona, que ha repetido en numerosas ocasiones que no apoyaría ni con su abstención a Moreno si no contaba con ellos para formar parte del gobierno. Una situación que ha ido fomentando dudas en el electorado menos afín, mandándolos de vuelta al voto “útil” al PP.

El PSOE, por su parte, asiste como convidado de piedra a unas elecciones en las que buscará simplemente evitar el sonrojo de repetir su peor resultado histórico.

El objetivo de Espadas está en recuperar a parte de los 400.000 votos que perdió en 2018 y al menos mantener los 33 escaños actuales. Bajar esa cifra supondría un desastre del que ya está tomando nota Sánchez desde Moncloa, hurgando una herida ya abierta tras los resultados en Madrid y Castilla y León.

No ayuda a la izquierda tampoco la fragmentación y enfrentamiento con el que llegaron a estos comicios. Si en un principio iban a concurrir en una gran coalición que aunara a Podemos, Izquierda Unida y Más País en la forma Por Andalucía, Teresa Rodríguez, anterior líder de Podemos, lanzó Adelante Andalucía. Para evitar confusiones, con su cara en la papeleta.

Una decisión más que dudosa cuando las encuestas previas a la escisión ponían a esa izquierda a la altura de Vox en escaños.

En clave nacional, Sánchez traza en las sombras el maquillaje posterior a la debacle electoral socialista: forzar una crisis de gobierno con Podemos que permita una restructuración cosmética y alejarse de socios como Bildu y ERC. Una decisión desesperada en busca de mejorar su imagen de cara a las generales de 2023.

En caso de una victoria holgada de Moreno, el gran triunfador sería también Alberto Núñez Feijoó, reforzando su imagen moderada en sus primeros comicios como líder nacional del Partido Popular y obteniendo un respaldo de cara a esas mismas generales donde el propio CIS avanza que la brecha con el PSOE se va haciendo más pequeña.

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