LaLiga. Fiesta de la Real de Oyarzabal en el derbi ante el Athletic

Partido grande el de la noche de este sábado en Reale Arena. El derbi vasco, clásico de clásicos del fútbol español, desplegó todo su magnetismo entre la Real Sociedad y el Athletic, dos clubes con aspiraciones europeas que están siendo rellenadas de contenido por sus respectivos rendimientos en lo que va de curso. Pero en esta fecha sobresaldría la jerarquía y calidad técnica de los locales, para regocijo de una hinchada inflamada como nunca. No obstante, van terceros en LaLiga, a tres puntos del Real Madrid.

Imanol Alguacil ha conseguido que su escuadrón funcione en plenitud desde que el balompié nacional regresó tras el parón del Mundial de Catar. Está muy en forma y, en consecuencia, compiten con una confianza sobresaliente. Y el duelo de este fin de semana lo corroboraría. Saltaron al verde con voluntad mandona y tomaron las riendas del encuentro con la fluidez que le dan nombres como Mikel Merino, David Silva, Brais Méndez y, sobre todo, Takefusa Kubo. Todos ellos gobernaron la medular y el japonés, iluminado, jugó a sus anchas.

Intensidad, hambre y calidad. Con esa mezcla le pueden plantar cara a cualquiera los donostiarras. Y en esta ocasión hicieron descarrilar al equipo dirigido por Ernesto Valverde, en un primer tiempo sensacional. Al son de Kubo, avisó temprano Brais con un intento que rozó el palo de Unai Simón. Los rojiblancos dejaron en el banquillo al oficio de Raúl García e Iker Muniain y lo notaron. Eso sí, los hermanos Williams también amenazaron al cocinar una combinación que remató Iñaki para la gran reacción del meta Remiro.

Y golpearía de verdad el frondoso despliegue 'txuri-urdin'. En el minuto 24 Zubimendi avanzó, la zaga visitante repelió el intento y el cuero le volvió a Sorloth, que, liberado del fuera de juego por el fallo de De Marcos, controló y marcó a placer desde dentro del área. Un cabezazo de Zubeldia pilló desprevenida a una retaguardia rojiblanca que cedería el 2-0 en el minuto 36, cuando Silva -artista mutado en guerrero- robó la pelota y cedió para que Kubo se escapara y anotara de potente zurdazo, con solvencia.

Contra las cuerdas, los vizcaínos esquivaron la debacle antes del descanso al pescar Sancet -su mejor atacante- un chut que recortó distancias, en el minuto 40. Así llegaron a vestuarios los pupilos del 'Txingurri', casi cantando victoria, visto lo visto. Y salieron a la reanudación con una percepción similar, pues la Real les volvería a superar en ritmo. Aunque se les lesionara Sorloth a los tres minutos del segundo tiempo.

Ese imprevisto provocó la entrada de Mikel Oyarzabal, que regresaba a un derbi tras demasiados meses de lesión. Y en esta jornada hasta esa piedra en el camino le supuso una ventaja a los locales. Porque la orquesta de Imanol prosiguió su control y obtuvo, en el minuto 61, un penalti de Yeray -que fue expulsado ipso facto-. El central fue víctima de la enésima incorporación fulgurante de Kubo, mediapunta al que derribó en el área. Ahí apareció Oyarzabal, para ejecutar el 3-1 definitivo. Su primer gol en 10 meses. La certificación de su vuelta.

Comparecerían Muniain, Raúl García, Berenguer o Zárraga, mas los rojiblancos no lograrían batir a Remiro de nuevo. También gozaron de minutos secundarios los donostiarras Gorosabel, Barrenetxea o Asier Illarramendi. El resultado y las sensaciones no sufrirían más cambios, para felicidad de la tribuna 'txuri-urdin' y decepción de los aficionados 'leones' desplazados.