Genaro García Luna fue titular e instrumentador de la política de seguridad pública en México entre 2000 y 2012, debiendo detener el ascenso del narco, paliar los efectos de la delincuencia en general –sobre todo, de la más peligrosa– y reorganizar las instituciones dedicadas a su combate. Resultó coludido con el crimen organizado, cobró millonadas ilegales y, hoy, encarcelado y están juzgándolo en EE.UU., tiene a toda la clase política esperando a que alguien suelte nombres de altos vuelos, incriminándolos en sus fechorías. Especialmente, apellidos de expresidentes. Por ahora, solo enloda al partido Acción Nacional, cuyos dos gobiernos en tal lapso, lo contrataron. Su injerencia e influencia salpica al putrefacto PRI, pues durante el mandato de Peña (2012-18) se ha documentado ingentes desvíos de recursos públicos desde la Secretaría de Gobernación hacia su personita, sumados a los millones recibidos como protector de narcos.
Así, en manos de un presunto criminal quedó la seguridad nacional de México y ahora todos dicen que no lo sabían y los panistas andan como el perro que se comió el jabón, eludiendo responsabilidades. Es más, balbucean que ni siquiera estaba afiliado a su partido, haga usted el recanijo favor. Un narco dijo al juez: “García Luna trabaja para nosotros”. Estuvo en 2 gabinetes y los expresidentes no sabían todo eso, aseguran. El expresidente expanista Calderón ya va para España, por cierto. Dicen que ya huye porque, tal vez, no tarden en mencionarlo.
Es que el PAN queda a deber muchas. Se adorna mucho y quiere parecer un santo como el putrefacto PRI, y no, no le queda tanta pose y postureo. Simplemente, no. La guerra contra el narco, siendo García Luna chivato de los capos y recibiendo sus favores, se afirma, ha costado miles de muertos desde que el PRI heredó un primer ascenso que toleraba; y el sujeto andaba tan campante. Como alguien suelte el nombre coludido de expresidentes que lo nombraron, se armará la de ¡Dios es Cristo! Y nos tiene en vilo, pues nadie suelta nombres jugosos, aunque ya citaron algunos de exsecretarios de Defensa. Le han gritado “asesino”. No falta el opositor que farfulla que ese juicio en Nueva York perjudica al gobierno mexicano. ¿Perdona? no será al actual, el tipo sirvió a los pasados.
Lo dicho, García Luna enloda al PAN y de pasada, al PRI y con las elecciones presidenciales cada día más cercanas, más. Esa cercanía implica golpeteos a los aspirantes del partido del gobierno, Morena. Destaco dos. Trump y Pompeo se jactan de que se impusieron a Marcelo Ebrard, el secre de Exteriores, doblegándolo por amenazar con incumplir el T-Mec si no aceptaba condiciones migratorias. Los enemigos del secretario de Exteriores lo celebran, en vez de cuestionar como EE.UU. viola acuerdos y se entromete en nuestros asuntos; y alardea ser paladín de la lucha antidrogas, esas que consume y favorece producirlas, mientras el director de la DEA en México, Nicholas Palmeri, es cesado por vacacionar con defensores de narcos ¡en Miami! Todo, mientras se deteriora la cooperación bilateral, se acusan ambos gobiernos del incremento del paso de cocaína, heroína y fentanilo a EE.UU. y son evidenciados los yanquis otra vez, conque la corrupción también habla inglés. El alguacil alguacilado.
Este embrollo deja chiquitos los alaridos y tonterías que expresa la oposición en México para intentar distraer a la opinión pública de dos temas cruciales: 1) como opositores no tienen propuesta ni candidatos a la presidencia en 2024. Entonces, se agarran de lo que sea: por ejemplo, repiten a tontas y locas que el presidente quiere quedarse el Poder Judicial proponiendo, por mandato legal preestablecido, a los ministros de la Corte Suprema. De uno en uno y hasta 3 en su sexenio, que si aquella hoy tuviera 3 prolopezobradoristas que yo no considero que lo sean, quedan 8 de sexenios pasados y quienquiera sumar y sea inteligente (en opositores está muy difícil el binomio) sabría que 3 no ganan a 8. Así de fácil. 2) Luego: afirmar que el Instituto Nacional Electoral (INE) es atacado porque Morena o López o quien sea su afín, odian la democracia. Tamaña, zarandaja, es inadmisible y tonta. El debate es otro y usted merece no ser engañado.
México tuvo que robustecer al INE en los años noventa, porque el PRI siempre se robó las elecciones. Avaló como IFE (Instituto Federal Electoral) la campaña del voto del miedo orquestada por el PRI en 1994. Avaló el desaseo de las elecciones de 2006 –que yo considero que sí las ganó Calderón–, se hizo de la vista gorda en el actuar fraudulento priista de 2012 y a regañadientes a veces, reconoció que las urnas dieron un contundente triunfo a López Obrador en 2018, sin dejar de descalificarlo y López se las responde. Esa es la trastabillada trayectoria del costoso INE, pues credencializar y poner casillas, cuesta. Muy bien. Lo que es inadmisible y nadie ha podido explicarlo es por qué su alta burocracia dorada es tan chula, soberbia, irresponsable y tan antidemocrática. Lo es y lo sabemos bien.
Lorenzo Córdova, su cada día más impresentable titular, es un bellaco, alguien indigno del cargo, que igual se ha mofado del habla indígena, que igual se reúne en privado con dirigentes de partidos violando su neutralidad, orquestando una batería contra el gobierno de la República, o bendiciéndola, que se la contesta. Ha sido indebido juez y parte. Con su esbirro Ciro Murayama, ha boicoteado los ejercicios democráticos que le corresponde organizar por mandato constitucional. Promueven no votar, hacen mala campaña a tales, acusan al gobierno de quererles imponer una ley fiscalizadora, etc. Es como si el Papa cuestionara el solio pontificio. Acaban de decir una burrada mayúscula que raya en estupidez: “la democracia no está en el ADN de la sociedad mexicana”. Oiga, cuando Córdova lleva cobrando sueldazos insultantes a ella en los últimos 15 años. Su dicho es un insulto a todos los mexicanos y a su larga lucha por ella. A los caídos. Por eso, López Obrador bien lo ha llamado farsante y visto lo visto del nulo espíritu democrático de Córdova, acierta. Y se negó a bajarse el sueldazo en tiempos de crisis y pandemia. Ha jugado a boicotear la democracia, siendo su vergüenza.
Eso es lo que se cuestiona y a evitar sus despilfarros propone una polémica reforma electoral que ya no le tocará articular, pues se marchará en abril próximo. No se deje engañar. Córdova lleva rato pretendiendo que los señalamientos a él son al INE. No, el mexicano distingue perfectamente sus bribonerías de la institucionalidad del INE. Sabe que son dos cosas diferentes. Ahora espetan sus defensores “el INE no se toca”, o sea ¿clamando por consagrar intocables en democracia? una que lucha por transparencia y rendición de cuentas. Así de obtusos. Frases como “Mi INE nos une”, o “yo soy el INE” son desesperadas. ¿El INE nos une? pues… Lorenzo nos desune con su chulería. ¿Yo soy el INE? no, el INE es el INE y Marcos Marín es Marcos Marín. Y no estamos como en la época peñista cuando sí quiso el PRI dinamitar al INE para perpetuarse. Ya sabe, esos priistas embebidos de poder que pensaron que en 2012 regresarían para, como dijo uno priista acomplejado, quedarse tantos sexenios como los años que México se atrevió, así dijo, a echarlos. Ilusos, los priistas bribones y el otro más, Córdova.
Como ilusa es la finísima alcaldesa panista de la demarcación Cuauhtémoc de la capital mexicana, Sandra Cuevas. La pescan embodegando en su sede propaganda negra contra la jefa de gobierno capitalina, la presideciable Sheinbaum, lo niega y afirma la certeza del texto aludido, arengando a los subalternos: “¿a quién le vamos a romper su madre?” y la turba escupe: ¡a Claudia Sheinbaum! Es que el PAN acoge cada espécimen, que eriza los cabellos. Haciendo apología del crimen, incitando al delito, se aparta de la institucionalidad y de la más elemental decencia. Desquiciada la funcionaria Cuevas, la defienden algunas con muy peregrina justificación de que no se encasille a las mujeres políticas como desquiciadas. Más burdos…Respondo: yo veo a una servidora pública violentando varias leyes, apologista del crimen usando el cargo público para incitar a cometer delitos y se pasa la institucionalidad por el arco del triunfo. ¿Qué lo hace, pues quiere ser la próxima jefa de gobierno y que la otra no sea presidente de México? Como si para llegar al cargo, el camino a tomar fuera romperle la madre al prójimo o si las urnas no fueran las que mediaran al designar ganadores. Pobrecita, de verdad. ¿Rezaremos por ella o la mandamos al diván?