Pedro Sánchez debería tener el coraje de romper la coalición de Gobierno con Podemos. La imagen del Ejecutivo es lamentable por la irrupción de una guerra de guerrillas interminable entre el PSOE y Podemos, con declaraciones insultantes de unos ministros contra otros. Resulta esperpéntico que, ahora, Bolaños busque el apoyo de ERC, Bildu y el PNV a la reforma socialista de la ley del “solo sí es sí”, mientras Belarra y, probablemente Pablo Iglesias en la sombra, intentan que los mismos partidos de legislatura se opongan a extirpar “el corazón” de la ley.
Ya hemos comentado en esta sección, que el empeño de unos y otros en mantener la coalición obedece a sus intereses electorales y al temor de que Pedro Sánchez se viera obligado a adelantar las elecciones. Pues, según todas las encuestas independientes, tanto el PSOE como Podemos están en declive. Y aspiran a ganar tiempo para revertir esa situación con las medidas del Consejo de Ministros destinadas a “comprar” votos mediante subvenciones, subidas del SMI, incremento de las pensiones, descomunales campañas de publicidad institucional, bonos culturales para los jóvenes y un larguísimo etcétera.
Es cierto que las campañas electorales desde el Gobierno llegan más lejos. Pero la imagen política y mediática del Ejecutivo es bochornosa. Demuestra la incapacidad de los dos partidos para ponerse de acuerdo y la de unos políticos que se dedican a pelear con sus propios compañeros en lugar de gestionar la grave crisis económica y social que sufre España. No es previsible que Pedro Sánchez se atreva a romper la coalición, ni siquiera a destituir a los ministros que le denigran en público por ceder a “las presiones de la derecha mediática, política y judicial”. Aguanta lo que le echen con tal de agotar la legislatura con su maldita coalición. Cree que así obtendrá mejores resultados electorales. Pero es probable que ocurra lo contrario por la pública y notoria descomposición del Gobierno y el deterioro de su propia imagen, la de un presidente que permite ser insultado por sus ministros.
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