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Ensayo

G. Fernández Soldevilla y Sara Hidalgo García (coord.): Héroes de la retirada

lunes 06 de marzo de 2023, 11:27h
G. Fernández Soldevilla y Sara Hidalgo García (coord.): Héroes de la retirada

Prólogo de Felipe Juaristi. Tecnos. Madrid, 2022. 365 páginas. 26,95 €.

Por Alfredo Crespo Alcázar

En Héroes de la retirada. La disolución de ETA político-militar, Gaizka Fernández Soldevilla y Sara Hidalgo coordinan una obra coral en la que participan autores de diversas disciplinas académicas (derecho, periodismo, historia…) unidos todos ellos por un nexo: el exhaustivo y acreditado conocimiento sobre el objeto de estudio. Este fenómeno, además de dotar de pluralidad al libro, permite descomponer en varias partes a la organización terrorista ETA y mostrar que en ningún caso constituyó un todo homogéneo.

En este sentido, observamos que ETAm (ETA militar) tuvo una presencia más arraigada en el tiempo. Este fenómeno se tradujo, principalmente, en una capacidad para generar repercusiones, tanto en tiempo real (asesinatos, secuestros, extorsiones), como aquellas otras que se aprecian en la actualidad a modo de legado. Dentro de estas últimas sobresale el carácter casi residual del constitucionalismo en el País Vasco.

Las diferencias entre ambas ETAs permean de manera transversal por toda la obra, lo que vincula los capítulos que la conforman. Al respecto, Fernández Soldevilla subraya un punto fundamental: “Bajo la dirección de Mario Onaindia, que ocupó la secretaría general de la formación desde octubre de 1977 y en cierto modo continuó la obra de Pertur, EIA iría evolucionando paso a paso del marxismo-leninismo al socialismo, del independentismo al autonomismo y del respaldo del terrorismo a su rechazo” (p. 140). En íntima relación con este argumento, añade que “debido a que la actividad era menos devastadora y mortífera que la de ETAm, resultaba habitual que ETApm fuese percibida como la ETA “blanda” (p.142), sentenciando Gema Varona sobre esta cuestión lo siguiente: “Aunque ETA militar o la coalición Herri Batasuna acusaran a los militantes reinsertados de ETApm de traidores o arrepentidos y se les hostigara en sus pueblos, en realidad no hubo entrega de armas, ni exigencia de arrepentimiento o de colaboración con la policía” (p.296).

Con todo ello, en la obra encontramos un objeto de estudio bien definido, susceptible de simplificarse en el binomio ETApm y Euskadiko Ezkerra, al que no se analiza de forma aislada. En efecto, el contexto internacional lo encontramos en el capítulo de Juan Avilés: “en el fondo, el terrorismo de la tercera ola, que en sí mismo era un sucedáneo de las insurrecciones armadas de antaño, fue un fenómeno no sólo minoritario, sino contrario a la marcha general de unas sociedades europeas marcadas por el desarrollo económico, el bienestar social y la estabilidad democrática” (p. 71).

Por otra parte, abordar la trayectoria de Euskadiko Ezkerra constituye un acierto pues permite que conozcamos a la formación política en la que se integraron muchos de los polis-milis que emplearon la violencia y renunciaron a la misma apostando por las vías democráticas. De una forma más concreta, destaca el análisis del liderazgo ideológico ejercido por Mario Onaindía, sin olvidar el rol de otros miembros relevantes, como Juan María Bandrés y Kepa Aulestia. En este sentido, Sara Hidalgo desarrolla un rasgo distintivo que marcó el discurrir de este partido: la tensión entre el sector más orientado hacia posiciones nacionalistas vascas y aquel en el que primaba un componente más izquierdista.

Igualmente, cuestiones como el uso de la lengua o la jerarquización de los cuadros tampoco fueron baladíes, introduciendo notables dosis de tensión interna que erosionaron al partido. En consecuencia, a pesar de la buena imagen de EE entre la ciudadanía, los resultados electorales no fueron positivos, de tal manera que desbancar del poder al PNV constituyó una quimera (p.183). Con posterioridad, tras su fusión con el PSE, la influencia de EE se detectó en el giro vasquista que asumió el socialismo vasco, especialmente con Ramón Jáuregui al frente.

Finalmente, dentro del tono crítico alejado del buenismo que preside esta obra, hallamos el riguroso análisis que María Jiménez nos brinda sobre el desamparo al que se vieron abocadas las víctimas del terrorismo de ETApm, poniendo en valor el perfil más humano de aquellas. Con este proceder, las dota de visibilidad, enfatizando una lección que no debemos perder de vista, ya que se produjo una “ausencia de justicia, condicionada por una amnistía oficial y una suerte de amnistía encubierta que desplazó a los sótanos de los juzgados cualquier posibilidad de esclarecer ni un solo de los asesinatos cometidos por esta trama de ETA (…) El balance de la justicia impartida a las víctimas de ETApm podría leerse, en realidad, como balance de la injusticia” (p. 201-202).

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