Derrotó a Lajovic con un esfuerzo guadianesco (6-0 y 7-6). Suficiente para pasar de ronda.
Tan frondoso es el tenis de Carlos Alcaraz y tan fácil le salen las cosas que uno de sus mayores enemigos es, a estas alturas y con sólo 19 años, la relajación. Creer que las victorias llegan por vía directa de su exquisito estilo, sin sudar. Por eso le viene muy bien al jugador español sustos como el que pudo degustar este domingo en el Masters 1.000 de Miami.
Le tocó medirse en tercera ronda del torneo de Florida con Dusan Lajovic, un jugador que nunca ha estado en el 'Top-10' del planeta aunque pueda complicar al más pintado si no aplica motivación al partido. Eso es lo que le acabó ocurriendo al murciano estelar. Pero antes de ese apagón disfrutó e hizo disfrutar a la tribuna. Como siempre. Con una soltura y seguridad en sus golpes, una valentía creativa y una variedad de repertorio seductoras.
Solventó el set inicial con un 6-0. Ahí queda eso. Alzó el telón rompiendo el servicio al balcánico, hecho que llevaría a Lajovic a dudar en su primer y segundo saque durante el encuentro. Porque 'Carlitos' ha afilado su resto mucho. Puede entenderse ésta como la mejoría más notoria en su ya excelente juego. A partir de esa novedad, que le coloca como una amenaza cada vez más completa para sus rivales, metió las dudas en la cabeza de un Dusan que concatenaría error tras error. Siempre provocado por la presión de Alcaraz.
El Hard Rock Stadium de Miami se lo pasó en grande en una manga inicial que duró escasos 31 minutos. Volaba la derecha del español y su ritmo en pista rebosó la resistencia del serbio, en otra exhibición que añadir a la galería particular del talento nacido en El Palmar. Parecía más que encarrilado un triunfo plácido, el segundo del torneo después de debutar con comodidad frente a Facundo Bagnis.
En cambio, le sobrevino la relajación al joven número uno. Y la bajada de revoluciones rimó con la reacción orgullosa de Lajovic. Cambió la dirección del viento de repente y aparecieron las primeras imprecisiones en el vigente campeón del Masters 1.000 de Indian Wells. Cosa extraña desde que ha vuelto de su última lesión. Entró el choque en un lapso de igualdad y creció el balcánico. Primero, para aferrarse a sus opciones y no descolgarse; después, para desafiar al favorito con un intento de remontada convincente.
Estuvo la mayoría del segundo set por delante el tenista murciano, pero el serbio defendió mejor su servicio y logró estirar los puntos con intercambios que pillaron fuera de foco a 'Carlitos', que quería solventar rápido el duelo con puntos cortos y peloteos agresivos. No le entraron los 'winners' tanto como es costumbre y asomaron errores no forzados impropios. Se había humanizado el mejor jugador del planeta, si bien llegó con 5-3 a favor al noveno juego.
Ahí lanzó su órdago un Lajovic asentado del todo en el resto. Consiguió romper el saque del español cuando éste sacaba para ganar el partido. Empató a cinco el set y completó la remontada con el 5-6, trasladando la presión al favorito. Debía despertar Alcaraz y lo hizo: aseguró el 'tie-break' y lo resolvió con maestría. Se colocó 5-2 en un pestañeo y, a la cuarta ocasión, selló la victoria. Eso sí, con un revés cruzado y profundo, a dos manos, que limpió la línea. Su calidad dio carpetazo.
Certificó su misión, que no es otra que pasar el menor tiempo posible en pista. Para ahorrar energía al máximo. Su horizonte es seguir en la cima del ránking, no se limita a Miami. En el siguiente peldaño, ya en los octavos de final, le espera Tommy Paul. El estadounidense, uno de los tenistas más en forma del momento, llegará a la cita tras doblegar a Alejandro Davidovich (6-3 y 7-5). Ha ganado sus doce duelos precedentes contra españoles, entre ellos el único antecedente frente a Alcaraz -en Montreal 2022-. Pero, claro, 'Carlitos' también cuenta con estadística de la que presumir, pues es el jugador menor de 20 años que más sets ha ganado en la historia de los Masters 1.000. Este domingo ha dejado atrás a Rafa Nadal.