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TRIBUNA

De paseo con Tarantino

jueves 30 de marzo de 2023, 20:17h

Ahora que cumple los sesenta años de edad, el director de cine Quentin Tarantino –ganador de dos Óscar y de una Palma de Oro de Cannes- ha publicado Meditaciones de cine (Reservoir books), un libro de no ficción donde se explaya sobre su vocación cinematográfica. La verdad es que propiamente no es un libro, carece de una elemental vertebración, y fluye desordenada y caóticamente. No obstante, guarda un encanto, en especial, claro está, para los cinéfilos.

El autor de Reservoir Dogs, Pulp Fiction o Django desencadenado, entre otras películas, no fue a una escuela de cine, pero desde muy niño no paró de ir al cine y de recibir múltiples y variadas influencias. ¡Quería formar parte del tiempo de los adultos!, confiesa en estas páginas, y quería salir con ellos. La primera norma era “no des la lata. La segunda norma, durante la película, era no hagas preguntas tontas”.

Con ocho años de edad, dos de sus películas preferidas eran Un hombre llamado caballo, la que más, y Los violentos de Kelly. Menciona también “la excelente película de terror española: La residencia”, de Narciso Ibáñez Serrador. No extraña, pues, que diga lo siguiente: “Como a mí me dejaban ver cosas vedadas a otros niños, mis compañeros de clase me tenían por una persona sofisticada”. Era el pequeño solitario que veía grandes pelis. Con ocho años de edad también, vio la primera película de James Bond y Toma el dinero y corre, de Woody Allen; tardó algún tiempo en ver otras del cineasta del Bronx, pues no era del gusto de su madre.

Afirma con enorme deleite que cuando tenía 16 años, en 1979, consiguió trabajar de acomodador, un empleo que ha dejado de existir y que le permitía captar los latidos de los espectadores.

No entraré en lo mucho que ignoro, pero como lector impenitentemente curioso destacaré que menciona como problema la infantilización del cine y la continua producción de películas obstinadamente inmaduras. ¿Qué se puede esperar entonces de sus consumidores? ¿Qué futuro nos aguarda con este tipo de ‘alimentación’? Todo lo que sucede a nuestro alrededor nos influye, de un modo u otro.

Rememora una película de la que dice que cambió para siempre el género policíaco en el cine: Bullit (1968) “En tanto que cine puro, es una de las películas mejor dirigidas de cuantas se han realizado nunca”, afirma categórico. Robert Preston fue durante mucho tiempo su actor preferido, en especial por su papel en Vivir de ilusión.

Es llamativo algo que afirma de Elvis Presley: “la única estrella destacada que, si se hubiera tomado en serio su carrera en el cine, habría podido rivalizar con los tres actores de primera línea”. Estos tres eran: Paul Newman (de quien dice que se consideraba actor de teatro de Nueva York), Warren Beatty y Steve McQueen (de quien señala que se consideraba estrella de cine). Destaca a Lee Marvin como a uno de los actores más fascinantes de los años 50, pero que a partir de A quemarropa pasó a actuar como un árbol sin hojas. Y que oscilaría sin control “entre las aburridas no interpretaciones icónicas de mascarilla mortuoria y las bufonadas cómicas sobreactuadas”. Por su parte, Tarantino coincide con la opinión de un crítico para quien La huida (1972) es la última película en que Steve McQueen fue él mismo, esto es, transmitía aquella cualidad especial que lo llegó a caracterizar.

Menciona Tiburón, de Spielberg, como “la mejor película jamás realizada”. Y recuerda a Arthur Penn como el único director de cine que intentó una película al estilo nouvelle vague: Acosado (1965), con Warren Beatty. De Clint Eastwood apunta que con Harry el Sucio se hizo un espacio fuera de las películas de vaqueros y “destronó a John Wayne como principal estrella del cine de acción en Estados Unidos”, era 1971. Puede asombrar que viera Rocky (1976) siete veces en el cine, encantado e identificado con Silvester Stallone, desde su aspecto hasta su modo de hablar.

En estas páginas Tarantino analiza a fondo Taxi Driver, el caos de la vida urbana callejera, desde la perspectiva del taxista Travis, Robert de Niro. Y refiere la primera película que analizó como crítico (Rolling Thunder), así como la emoción de conversar con su guionista Paul Schrader, en su casa. Asimismo, muestra agradecimiento hacia Kevin Thomas, por recibir una reseña favorable suya en Los Angeles Times; valiosa, porque la industria se fijaba en su criterio.

Creo que cuando vuelva a ver una película suya no podré olvidar esta lectura que aquí resalto, pues me evocará su particular modo de sentir el cine, rebosante de anécdotas y de secuencias con su huella emotiva. Sin descuidar su sueño de mostrar un héroe negro, Django desencadenado, que se convirtió en un éxito mundial, “un éxito que me valió el Óscar al mejor guión original”.

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