IMOP ha hecho para el diario digital El Confidencial una encuesta estudio tras la decisión de Pedro Sánchez...
IMOP ha hecho para el diario digital El Confidencial una encuesta estudio tras la decisión de Pedro Sánchez al convocar elecciones generales para el próximo 23 de julio. El resultado que publica el diario digital, reproducido por otros medios, parece concluyente. El Partido Popular escalaría los 144 escaños que sumados a los 52 de Vox situaría a la alianza entre el centro derecha y la derecha radical en 196 escaños, es decir, una abrumadora mayoría absoluta parlamentaria.
A la vista de estas cifras, lo primero que el buen sentido aconseja es alertar a Alberto Núñez Feijóo de que no se duerma en los laureles, de que no se fíe, de que las cosas pueden cambiar, de que nos enfrentamos con una situación nueva: el crecimiento exponencial del voto por correo, es decir, de un voto maleable y manipulable. Los expertos de los partidos serios deben clavar sus ojos en el voto por correo y establecer todas las cautelas necesarias para que nadie lo manipule. Por el momento no es así y conviene alertar de que todas las cautelas, de que todos los controles son pocos. Por otra parte, el sagaz Juan Carlos Girauta advierte que Feijóo debería atender sobre todo a los que le piensan votar, en vez de acariciar a los que nunca le votarán.
Pedro Sánchez rechaza la acusación de preparar un pucherazo al convocar la jornada electoral en plenas vacaciones. No voy a insistir en la máxima política: explicación no pedida, acusación manifiesta. El PSOE siempre ha sido un partido democráticamente serio. Pero hay fuerzas a su izquierda que según algunos observadores podrían intentar la manipulación y la trampa. No será fácil detectar esas posibles anomalías. Pero habrá que intentarlo. Se necesitan expertos sagaces que denuncien las alteraciones antes de que se produzcan. Después, puede ser demasiado tarde.
El voto por correo en la proporción que se avecina es una realidad desconocida y una novedad que puede alterar sondeos y encuestas. Más le vale a Núñez Feijóo estar ojo avizor y contratar a expertos con capacidad para detectar y descubrir eventuales anomalías.
