Yolanda Díaz, a las órdenes de Pedro Sánchez, humilla a Podemos

Yolanda Díaz ha demostrado que quiere liquidar Podemos, a pesar de haber llegado a vicepresidenta gracias a Pablo Iglesias, el fundador del partido. Un comportamiento deleznable. Pero su soberbia viene avalada y jaleada por Pedro Sánchez que ha dado plenos poderes a su pareja de baile electoral. Porque si el PP no fuera capaz de gobernar, la inventora de Sumar se convertiría en la mano derecha del todavía presidente del Gobierno. De ahí, que Nadia Calviño se haya retirado con su habitual discreción.

El tándem Sánchez-Díaz ha decidido prescindir de Podemos. Considera, con razón, que Montero y Belarra son un lastre para sus expectativas electorales por el monumental fiasco de la ley del "Sólo sí es sí", como ha quedado evidente el 28-M. El presidente y la vicepresidenta no reconocen su máxima responsabilidad al avalar el bodrio legislativo. Y conviene recordar que cuando el Consejo de Ministros lo aprobó, ambos salieron a la palestra a sacar pecho por haber puesto en marcha "un hito histórico para el feminismo". Y tan histórico.

El comportamiento de Yolanda Díaz, como ha dicho Pablo Iglesias, sólo busca humillar y vengarse de Podemos. Pero, además, el partido morado supone un obstáculo para la dictadura personal que la vicepresidenta busca ejercer al frente del espacio de la extrema izquierda, un saco de votos imprescindible para que Pedro Sánchez pueda seguir montado en el Falcon. Pero no deja de ser un gesto prepotente y probablemente poco inteligente. Pues Podemos, con Pablo Iglesias atizando desde la sombra, mantiene su influencia en buena parte de esos electores así como en los líderes de partidos como ERC o Bildu, imprescindibles en la operación electoral.

Al final todo se reduce al narcisismo de Sánchez, incapaz de reconocer su responsabilidad en el trastazo del 28-M. Porque, como hemos dicho, él avaló las delirantes leyes de Podemos y él se ocupó de pactar y abrazar a los comunistas, a los proetarras y a los secesionistas catalanes, los principales motivos del hundimiento del PSOE. Porque Irene Montero e Ione Belarra se han ganado a pulso el fracaso de Podemos en las urnas. Pero es Pedro Sánchez y sólo él, el artífice de hundir al PSOE. Por eso, ahora, con un cinismo insoportable, intenta aniquilar Podemos y prescindir de Bildu, después de haber sido su socio más fiel. Y, en campaña, intentará aparentar ser un socialdemócrata puro, alejado de populismos comunistas y extremismos secesionistas. Lo hará, por cómico que pueda parecer.