Los diputados de Vox abandonan el pleno y dejan sus pinganillos en el escaño vacío del presidente en funciones.
El Congreso de los Diputados ha vivido una extraña sesión parlamentaria en la que ha primado la identidad lingüística sobre el entendimiento para satisfacción de los secesionistas, que han logrado imponer su criterio gracias al presidente en funciones, Pedro Sánchez, necesitado de sus votos para decantar la Mesa de la Cámara en favor de la socialista Francina Armengol y, en última instancia, para ser eventualmente investido como presidente para la próxima legislatura.
Los diputados de PSOE, Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y CC han votado a favor de que se reforme el reglamento de la Cámara baja para que se pueda implantar el uso del catalán, vascuence y gallego en los plenos, las comisiones, y en todas las iniciativas, que deberán requerir de traducciones.
Pese a la oposición del PP, Vox y UPN, que han lamentado que se haya tomado en consideración esta iniciativa y han criticado su trámite por la vía de urgencia, la reforma ha sido aprobada por 176 votos a favor, 169 en contra y 2 abstenciones.
El diputado socialista, José Ramón Gómez Besteiro, ha comenzado este martes su discurso en gallego durante el primer pleno del Congreso en el que se usarán las lenguas cooficiales, como parte del acuerdo entre los secesionistas y Pedro Sánchez para constituir la Mesa de la Cámara.
En ese momento, los diputados de Vox han comenzado a levantarse y desfilar ante el escaño del presidente en funciones, donde han dejado de manera airada el aparato destinado a traducir las diferentes lenguas para, a continuación, abandonar el Hemiciclo.
Antes, la portavoz popular, Cuca Gamarra, ha esgrimido varios artículos del Reglamento de la Cámara para exigir que la sesión se celebre conforme a lo que dictan las normas y la legislación vigente y, por tanto, se parlamente en castellano.
Han sido los primeros compases de una sesión marcada por la disfuncionalidad y la aparatosidad lingüística, en la que se ha podido ver a los diputados socialistas familiarizándose con el aparato de traducción simultánea, más comúnmente llamado pinganillo.

Mientras tanto, la bancada del PP se mostraba impertérrita ante los largos discursos en euskera, con la mirada perdida, sin hacer uso del aparato de traducción. Por la actitud de los diputados, se traslucía que no estaban entendiendo absolutamente nada.
Para colmo, el portavoz de los populares, Borja Sémper, que había calificado de “hacer el canelo” el ponerse a hablar lenguas cooficiales distintas del español en el Congreso, ha intercalado frases vascuences durante su intervención en contra del uso de lenguas territoriales en el Congreso.
Sémper ha reivindicado a España como la nación europea donde más se cuida la recuperación y promoción de sus lenguas cooficiales. “Yo sí hablaré bien de España”, ha dicho, “para que esto no parezca el Parlamento vasco”.
“No quiero que nada se vaya de sus escaños. Quiero que debatan todos”, ha dicho también, en referencia a Vox. ¡Canelo!, le gritaban desde la bancada nacionalista.
El uso de lenguas cooficiales a partir de este martes en el Congreso de los Diputados, con el visto bueno del PSOE y Sumar, cumple con las exigencias planteadas por grupos como Junts y ERC y es un paso significativo para intentar atraer su apoyo en una investidura de Pedro Sánchez.
La circunstancia ha permitido que los potenciales aliados de Pedro Sánchez ironicen sobre sus últimas concesiones. El PNV ha recriminado al PSOE que hace un año rechazara cambiar el Reglamento del Congreso para favorecer el uso de las lenguas cooficiales y hoy esté en el sí: "quizá entonces no era necesario, quizá la defensa de algunos del plurilingüismo es directamente proporcional a sus coyunturas y necesidades políticas".
Sin mencionarlo expresamente, pero refiriéndose al grupo socialista, el diputado del PNV Joseba Agirretxea ha criticado la postura que mantuvo el PSOE cuando en junio de 2022 los nacionalistas vascos y otras formaciones intentaron reformar el Reglamento de la Cámara para que se pudieran utilizar los distintos idiomas del Estado.
En una intervención íntegramente en catalán, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián ha defendido que la lengua catalana es un patrimonio común frente a las críticas de los contrarios a emplearla en el hemiciclo, que atribuye a un "patriotismo frágil y tóxico".
La portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, ha celebrado el uso de las lenguas cooficiales en la Cámara Baja, al ser "un paso simbólico pero importante", y ha pedido el "reconocimiento real y efectivo" del euskera en todos los ámbitos, ya que asegura que actualmente "sigue habiendo ataques".
A continuación Aizpurua ha dejado claro que no se trata de la lengua vasca, sino de la secesión de España: "Es de agradecer, es de destacar este paso simbólico pero importante. Pone de manifiesto una realidad que los vascos conocemos pero que este Estado niega, y es que somos una nación", ha afirmado, en referencia a los vascos.