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Zapatero-Rajoy, duelo de tahúres

Joaquín Vila
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directorelimparciales/8/8/20
domingo 01 de marzo de 2009, 23:41h
Los resultados electorales de ayer en el País Vasco y Galicia tienen una primera conclusión: el nacionalismo trasnochado, paleto y sectario empieza a retroceder, por no decir que ha sufrido un auténtico batacazo. Por primera vez, los escaños de los partidos nacionalistas en el País Vasco no alcanzan la mayoría y, en Galicia, el Gobierno de Touriño, apoyado por el independentista Quintana, ha sido desplazado del poder.

Los españoles empiezan a darse cuenta de que trocear la nación, aniquilar la cultura y el idioma, y arramplar con la Historia sólo conduce al suicidio colectivo de un pueblo. Las urnas han agujereado como un auténtico torpedo la estrategia alentada por Zapatero de descuartizar el mapa de España y, de paso, arrojar al PP a las alcantarillas.

Desde que llegó a la Moncloa, hace ya más de cinco años, Zapatero nunca había sufrido una derrota tan dolorosa como la de ayer en Galicia, arrollado por la mayoría absoluta del PP. Los gallegos han castigado sin contemplaciones los desafueros del Gobierno incompetente y despilfarrador de Touriño, dominado, además, por el independentismo radical de Quintana. Un Gobierno a la catalana que en sólo cuatro años ha desmantelado el sistema educativo, intentando erradicar el castellano de las aulas y de la vida pública, ha llenado de funcionarios independentistas y sectarios las distintas Consejerías, acentuando con su nepotismo la crisis económica.

Pero los gallegos se sienten tan españoles como el que más y han respondido con una avalancha de votos de castigo al Gobierno de Touriño y Quintana, que han caído en la cesta del PP para regalarle a Rajoy el balón de oxígeno que tanto necesitaba. Ahora, no le mueve de la poltrona de Génova ni el propio Gallardón, que ya se preparaba para ocuparla.

Pero los resultados del País Vasco, con ser excelentes para los socialistas, pueden provocar un auténtico quebradero de cabeza a Zapatero, que tendrá que elegir entre gobernar arropado por su gran enemigo, el PP, o apoyar a Ibarreche y mimetizarse con su parafernalia independentista. Como en Cataluña, pero sin llevar la batuta que allí maneja Montilla.

Y aquí comienza la gran partida de póker que ahora deberían jugar con sentido de Estado Zapatero y Rajoy si fueran capaces de ponerse de acuerdo en gobernar, con apoyos más o menos explícitos, en el País Vasco. Ambos tendrán que ceder, ambos pueden dejarse pelos en la gatera. Pero si Patxi López gobierna el País Vasco con la Constitución en la mano y escoltado por el PP, España ganará y el terrorismo volverá a las cloacas de donde nunca debería haber salido.

Se trata de un auténtico duelo de tahúres. Zapatero tendrá que tragar saliva y sentarse con Rajoy para recuperar el abandonado Pacto por las Libertades. Y Rajoy tendrá que apretar los dientes e intentar fiarse de quien tantas veces ya le ha engañado. Es una partida difícil. Pero sólo con repartirse las cartas, los nacionalistas, sobre todo los más radicales, se van a quedar fuera de juego. Y el País Vasco podría volver a mirar al futuro con la esperanza de erradicar la dictadura del miedo que ha campado a sus anchas por las calles y pueblos de una de las más hermosas regiones españolas.

Joaquín Vila

Director de EL IMPARCIAL

JOAQUÍN VILA es director de EL IMPARCIAL

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