www.elimparcial.es
ic_facebookic_twitteric_google

Comunicación interpersonal deficiente

Laila Escartín Hamarinen
jueves 26 de noviembre de 2009, 21:50h
La educación deja mucho que desear dentro de nuestras fronteras. Los chicos españoles sacan las peores puntuaciones en los test PISA; las madres y los padres insultan a sus hijos desde muy pequeños públicamente llamándolos ‘tonto’ o ‘idiota’ (¿cuántas veces no ha oído, querido lector, a una madre o un padre decirle a su hijo con un feo tono de voz “¿tú eres tonto o qué te pasa?” Y luego esa misma madre o ese padre se escandaliza cuando el hijo insultado le insulta de vuelta, ¡ah, qué injusticia!); los padres regañan a sus hijos cuando pegan a otro niño “niño, no se pega!” y tres horas antes, ellos mismos han pegado al hijo cuando éste hizo algo que les disgustó (¿qué ejemplo están dando estos padres a sus hijos?) Los padres mienten a sus hijos impunemente y a todas horas en los temas más banales (“cómete eso niño, que no es pimiento sino tomate”) y en los más graves (“¿dónde está el abuelito? El abuelito está malito en el hospital” –cuando lleva en la caja ya más de 24 horas. –) En fin, la lista es interminable, pero hoy me quiero concentrar en una consecuencia de esta mala educación que suele pasar desapercibida y que es de máxima importancia: la comunicación interpersonal.

Los españoles son terriblemente deficientes en la comunicación interpersonal. Nunca he visto a los norteamericanos o a los finlandeses gritarse todos a la vez mientras conversan; sin embargo, aquí, lo que más veo es precisamente eso: en la televisión, en el restaurante, en mi casa cuando doy una cena… y cada vez me quedo igual de impresionada y pasmada, ¿por qué gritan como energúmenos, en vez de hablar tranquilamente? Los españoles no saben escuchar con paciencia, reflexionar sobre lo oído, y luego responder de una forma aguda y racional. Los españoles no saben respetar las opiniones de los demás si difieren de las propias y se lanzan a insultar o a menospreciar al que opina distinto. Ya he escrito anteriormente sobre esto, porque me alarma la incapacidad del español de dialogar.

La consecuencia más grave que tiene esta incapacidad es que imposibilita las relaciones interpersonales exitosas, tanto las íntimas –relaciones de pareja, paterno-filiales, amistosas –, como las públicas –relaciones laborales, políticas –. Si no se sabe dialogar y conversar civilizadamente, se imposibilita el desarrollo y el florecimiento de las relaciones interpersonales. La única manera de crear una relación estrecha entre seres humanos es la comunicación. Vivimos encarcelados dentro de nuestra mente y nuestros sentimientos –de nuestra subjetividad –, la única manera que tenemos de llegar realmente al otro es a través de la comunicación. La forma de comunicación más eficaz es la verbal. Si no sabemos hablar y escuchar (escribir ni lo menciono, porque a día de hoy, ya pocos menores de 40 años saben escribir siquiera correctamente una frase) ¿cómo vamos a comunicarnos?

Una sociedad en la que los individuos no se saben comunicar es una sociedad infeliz y deficiente que no podrá ser exitosa en nada de lo que haga. Miren a su alrededor y sabrán de lo que hablo. Mírense a sí mismos y sean críticos y honestos. Amén.


¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (3)    No(0)

+
0 comentarios