La edad de la ignorancia
jueves 17 de diciembre de 2009, 22:08h
A los humanos nos gusta clasificar y nombrar le historia para comprenderla mejor; existió en un tiempo la Edad de Piedra o la Edad de Bronce; milenios después tuvimos aquí en España una anhelada Edad de Oro, época más bien conocida como Siglos de Oro; y como todo evoluciona, para bien o para mal, hemos llegado a una nueva edad, la Edad de la Ignorancia.
En la televisión emiten casi únicamente basura, programas asquerosos, ideados por imbéciles con coeficientes de inteligencia -20, y con niveles culturales también bajo cero; las revistas son hechas con el criterio en el trasero; la música que suena en las radios y las discotecas parece salida del supermercado más cutre y barato del mundo, y creada en cinco minutos en un estado de profunda borrachera; los best-sellers de “literatura” deben estar escritos por máquinas que siguen un protocolo diseñado por ingenieros; el cine en su mayoría es producto de una fábrica de churros apestosa e insalubre.
Y no se trata de una Edad de la Inocencia –ignorancia inocente, ignorancia pura – sino de una ignorancia banal, fea, estúpida y deprimente, alimentada por los Señores del Dinero (¿quiénes son estos misteriosos directores de la Gran Orquesta del Mundo? ¿Dueños de las cadenas de televisión; dueños de productoras; magnates mediáticos? No lo sé), que se han empeñado en idiotizar al pueblo, con un objetivo oscuro y secreto.
Un pueblo idiota quizás sea más manejable, más sumiso –ya lo decía Juvenal (poeta romano del siglo I): panem et circenses; o Marx: la religión es el opio del pueblo –; el panem et circenses y la religión de hoy son la televisión, las revistas, Internet, los videojuegos y las consolas, el cine…. Y el pueblo traga voraz y glotón la mierda disfrazada de hamburguesa, que los Oscuros Señores les ponen delante a ritmo vertiginoso.
Los niños y los jóvenes de hoy ya no saben leer, son los analfabetos del siglo XXI -¡ah, la nueva gloria de la humanidad! –: saben leer mecánicamente pero no entienden el contenido. Si el lenguaje de un ser humano es pobre, si el ser humano no aprende a hablar ni a escribir correctamente, creativamente, ricamente, y si no entiende lo que lee porque las frases bien redactadas –con subordinadas y todo ¡válgame dios! – son demasiado complicadas para su comprensión, no aprenderá a pensar.
El futuro está, pues, en manos de individuos que no han aprendido a pensar, porque poseen un lenguaje dramáticamente empobrecido, y únicamente entienden los mensajes que les son emitidos en imágenes. Las imágenes están muy bien, pero sin el apoyo del Verbo, no nos llevan muy lejos intelectualmente.
Bienvenidos, señores y señoras al futuro, a la Edad de la Ignorancia, en la que el pensamiento se convierte en un sobre de ketchup, y el lenguaje en una botella de plástico vacía.