Jerez
sábado 29 de marzo de 2008, 17:12h
El San Fermín del motociclismo es el Gran Premio de Jerez. Desde ayer, Jerez "es la locura": casi 3000.000 persona, moteros, que regarán de miles de euros la zona (más de cuarenta y tres mil millones, según "El Economista" que dirige Amador Ayora, y que lo dirige con creatividad: raro es el día que no sorprende a sus lectores con reportajes tan exclusivos como llamativos.
El otro día, en una emisora de radio, un estudiante, a la pregunta de qué es la vida para usted, contestó: un salario suficiente ("me conformo con no tener problemas"), sexo, botellón de vez en cuando y deporte, y matizaba que lo suyo eran los neumáticos, fórmula uno y motos, "pues la velocidad es emoción, y la vida, tal como yo la entiendo y vivo, es emoción".
El fútbol, con sus "meninos" (Cesc, Iniesta, Xavi), es todavía, de momento, el teledeporte sumo y el share sumo de las cadenas de televisión. Pero los neumáticos se acercan cada vez más, en el gusto de las jóvenes generaciones, al balón. Balón y neumáticos: he aquí los caramelos del ocio preferido de los menores de veintiún años. Emoción, emoción, emoción, y es que, en efecto, sin emoción, ¿qué es la vida? Rutina, monotonía y todo ese rollo emparentado con el aburrimiento.
El Gran Premio de Jerez tiene también sus "meninos" de oro y podio: Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa, Nico Terol y otros, que el motociclismo, en España, es prolífico en "ases adolescentes" con el par de ruedas bien engomadas. Es éste un mundo de gente urgente y vital, ansiosa de exprimirle a la vida los jugos del laurel y la popularidad. Lo he visto, pero aún no me ha sido posible leer el libro biográfico de Jorge Lorenzo en el que dice, según leo en "El Economista", "que le va este rollo de ser chulo (en el motociclismo, o sea líder, o sea triunfador)”, y que no le gusta la gente sumisa y sin personalidad".
La soberbia es fea. El orgullo no; el orgullo de tratar de ser el mejor, y de gustar, y de decirle a la vida, "eh, maja, aquí estoy yo, y voy reinar en ti", me parece estupendo. El motociclismo es tan profesional, o más, que el fútbol; pero veo más garra y embestida de orgullo en los "meninos" de las dos ruedas que en los "meninos" del fútbol.
Si molesto a alguien, ya, desde aquí, le pido disculpas, pero el hecho de que pida disculpas no es incompatible en absoluto con lo expuesto. Suerte en Jerez a "nuestros meninos", miuras sin reservas de la emoción.