Iglesia y elecciones
miércoles 25 de mayo de 2011, 13:36h
Habrán caído en la cuenta de que en las reciente elecciones autonómicas y municipales españolas, para nada han sido protagonistas de los debates cuestiones relacionadas con la Iglesia Católica en España. Rara avis en un país donde casi siempre lo eclesial, sobre todo identificando con lo moral, acaba por convertirse en caballo de batalla de unos y de otros en una pugna que nos recuerda los garrotazos de Goya. En esta ocasión, nada de nada. Y el resultado ha sido una gran paz ideológica en cualquier asunto fuera de los estrictamente políticos de turno, que seguramente se dejan para las elecciones generales del próximo año. Planteamiento y referencia.Porque deberían hacernos meditar despacio precisamente pensando en tal convocatoria próxima.
Porque a uno se le ocurre que nuestra Iglesia Católica está en su derecho a mostrar sus puntos de vista sobre cualquier cuestión que afecte al Evangelio y al depositum fidei propiamente dicho, como quien sugiere líneas de acción o de conducta para sus militantes/fieles y en general para el conjunto de la ciudadanía a manera de aportación civil. Al respecto, parece que no hay duda si mantenemos un mínimo de sentido común y espíritu democrático. Pero el problema surge en el cuándo y en el cómo se emitan tales puntos de vista eclesiales. Es decir, en el momento y en la formalidad lingüística de sus comunicados.
Tengo la seguridad de que el tiempo previo a debates electorales no es el más apropiado para tales intervenciones, ni en tantas ocasiones el lenguaje el más recomendable. Mejor será aprovechar instantes relevantes del año litúrgico y siempre con palabras dialogantes, sin renunciar a la propia verdad. Y en general, como ha sucedido ahora, poner en manos de los creyentes sus responsabilidades políticas y civiles. Para eso tienen su propia conciencia.
Profesor de la Universidad Pontificia de Comillas
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