La justicia penal internacional no tiene fronteras: el caso de Ignacio Ellacurría
miércoles 10 de agosto de 2011, 09:44h
Los juristas dicen que la justicia tardía no es propiamente justicia. Pero hay algo peor: la impunidad.
El caso del sacerdote español Ignacio Ellacurría y los otros cinco jesuitas quienes, junto con la mujer que los asistía y su hija, fueron asesinados dentro de las instalaciones universitarias a cargo de una élite del ejército salvadoreño, sacudió al mundo en noviembre de 1989
El padre Ellacurría se desempeñaba entonces como Rector de la Universidad Centro Americana José Simeón Cañas en El Salvador y la guerra civil en ese país se recrudecía después de 9 años de haber sido ejecutado monseñor Oscar Arnulfo Romero, máximo defensor de los derechos humanos en ese país centroamericano.
La noticia de que los autores de los crímenes en contra de los sacerdotes jesuitas serán entregados para ser enjuiciados después de 22 años de los trágicos sucesos, no deja muy conformes a los familiares de las víctimas. Sin embargo, a pesar de que ha pasado mucho tiempo, es importante subrayar que en el mundo cada vez es más dificil violar los derechos humanos y salir indemne.
La derecha salvadoreña arropada en el partido Arena, que fundó Roberto D'Abuisson, considerado el creador de los escuadrones de la muerte durante la guerra civil, están en contra de que sean plenamente juzgados y sentenciados los responsables. Hubo bastantes soldados y mandos militares involucrados en los asesinatos de los jesuitas en San Salvador y, aunque son nueve los detenidos, en realidad hay más implicados en el crimen.
El hecho criminal no fue aislado. A los jesuitas se les culpó de ayudar a la guerrilla y se determinó que debían ser asesinados por un gobierno que desde antes ya estaba manchado de sangre.
El lugar donde fueron asesinados los seis jesuitas es hoy un museo y forma parte de la Universidad Centro Americana (UCA). Muy tarde se hace justicia, pero pudo ser peor: que nunca, ninguno de los responsables hubiese sido detenido, sin otra apelación posible que la Historia.