El primer test serio de la campeona de la Eurocopa exigió la mejor cara de la 'roja'. Un duelo duro que se puso en contra. Un momento que exige la irrupción de los grandes futbolistas. Iniesta está entre los elegidos. Firmó uno de los goles más bellos de la historia de una selección que no toca techo.
España no camina sola hacia el Mundial 2010. El prestigioso estadio Rey Balduino, antiguo Heysel, fue escenario de un encuentro de una fase de clasificación que bien pudo ser de la fase final de la Eurocopa por el color de las gradas, por su intensidad. Los españoles poblaron todo un fondo. La pasión por la 'roja' convocó a once mil seguidores que disfrutaron de un partido vibrante.
El primer acto fue una montaña de sensaciones. Hubo de todo para la campeona de Europa que tocó de inicio y le costó despertar hasta que una bofetada de fútbol directo, transformada en gol por el letal Wesley Sonck, y la lesión de Fernando Torres, la dejaban en el precipicio, al límite de la finalización de su etapa de récords.
A los siete minutos concluía el de imbatibilidad de Casillas (717 minutos con Reina y 709 en solitario). Bélgica encontraba rápida recompensa a un planteamiento defensivo en su primera acción de peligro. Un centro desde el costado izquierdo de Kompany, lo remató Sonck de cabeza a la red, picado, beneficiado de la pasividad de Puyol y Juanito. Se miraron. Ninguno salió al paso.
España tocaba con precipitación y Bélgica ponía agresividad. Cambió su sistema habitual René Vandereycken por el respeto al campeón. Quitó un delantero (Dembelé) y metió un central más. Defensa de cinco y órdenes claras. Juego agresivo en cada balón que llegaba a Villa o Torres. Marcaje duro sobre el cerebro, Xavi.
Torres se retira por lesión en el minuto 15España pedía a gritos la aparición de Marcos Senna en minutos de desconcierto, cuando llegó la peor noticia. Un balón largo sobre Fernando Torres (m.12), acabó en lesión muscular. El 'Niño' regresaba al estadio donde se consagró con la 'roja'. Dos goles para conducir a España al Mundial de Alemania en un momento delicado. Del estrellato a la cara más amarga del fútbol. El peor día posible. Con su vuelta a casa, al Vicente Calderón, en el horizonte. Sus lágrimas camino del vestuario hablaron por sí solas.
Debía Del Bosque recomponer su equipo. Dos opciones para decidir: Guiza manteniendo dos delanteros ante una defensa de cinco o Cesc para completar el cupo de 'jugones' con sólo Villa en punta. Optó por los bajitos. El día en el que el poderío físico del rival se imponía, rescató aquella prueba con éxito de Luis Aragonés en Dinamarca, ante también la lesión de Torres. Dio resultado.
Un gol antológico de Iniesta
Iniesta y Cesc antecedieron a la jugada del partido, a
un gol que recordarán de por vida los que lo presenciaron en directo. Un tanto 'maradoniano' firmado por Iniesta. Vio su desmarque Cesc. Se marchó de su defensor, encaró al portero rival con una tranquilidad pasmosa. Pisó el balón, para tumbar al meta con el cuerpo y salir por el lado contrario. En un palmo. Pegado a la línea de fondo, aguantó a que Van Buyten fuese al suelo y picó el balón a la red. Una obra de arte.
Nada faltaba a un partido de fútbol total. Cada selección con sus armas. La calidad con España. La casta y el juego aéreo con Bélgica. Un diluvio se sumaba a la fiesta para dar aún más velocidad si cabe al duelo. No acompañó el césped, blando e irregular. Cada balón comenzó a lucharse como el último.
Especial atención a Witsel. Lo había pedido Del Bosque a sus jugadores. La joven perla del fútbol belga, del Standard de Lieja, desequilibró por las bandas. Puyol salvó su disparo con Iker batido (m.52). Los reflejos del portero español salvaban dos minutos después el disparo cruzado de Witsel. Fue el último apuro.
El muro belga cayó sobre la hora. Dani Güiza lanzó desde la izquierda un centro que remató con el corazón
Villa para igualar a Di Stéfano (23 goles con la 'roja') y conducir a España al pleno de victorias. Un paso de gigante hacia al Mundial cuando todo acaba de comenzar. Un golpe de poderío a base de un fútbol repleto de brillantez.