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Los brotes son más verdes en China

Eugenio Bregolat
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eugeniobregolatgmailcom/15/15/21
viernes 15 de mayo de 2009, 15:54h
El primer trimestre de este año el PIB de China ha crecido un 6,1%, cuando el pasado año la cifra fue del 9%. Inevitablemente la contracción de la demanda global ha provocado la caída de la exportación china: un 25,7% en febrero, un 17% en marzo y un 22,6% en abril en relación a los mismos meses de 2008. Pero el peso de la exportación neta (exportación-importación), que es el dato relevante, es menor en la economía china de lo que suele creerse. La exportación neta supone el 13% del PIB, la inversión el 48% y el consumo el 39%. El crecimiento anual del 11% registrado entre 2003 y 2007 se descompuso así: inversión 5%, consumo 4%, exportación neta 2%. La dependencia de los “cuatro tigres asiáticos” de la exportación es mucho mayor que en China: la exportación neta supone más del 50% del PIB en Singapur o Taiwán, lo que implica que su economía sufrirá este año un verdadero descalabro. La inversión en infraestructuras y la construcción son los grandes motores de la economía china. El consumo es muy bajo, sólo el 39% del PIB; en Estados Unidos está en torno al 70%.

Pese a la caída del crecimiento en el primer trimestre, la economía china ofrece datos positivos. La inversión en infraestructuras, objetivo central del paquete de estímulo adoptado por el gobierno, creció un 28,8% (destaca la inversión en ferrocarriles, que triplicó). La venta de casas aumentó un 36% para el año que concluyó en marzo; es decir, la construcción recobra aire. La producción industrial subió un 5% en el primer trimestre, y un 8,3% en marzo, en relación al año anterior. Las ventas al consumo aumentaron un 1,6% el primer trimestre. El panorama que configuran estas cifras ha llevado a Goldman Sachs a aumentar su previsión de crecimiento del PIB en China para este año del 6 al 8,3%, tres décimas por encima del objetivo del gobierno.

El modelo de economía mixta y el sistema político autoritario ofrecen al estado chino unas posibilidades de las que carecen los países occidentales. China fue el primer país en aprobar un amplio paquete de estímulo económico, sin tener que preocuparse de oposición parlamentaria o ecologista. En teoría los 585.000 millones de dólares del paquete de estímulo equivalente a un 7% del crecimiento anual durante este año y el próximo; sin embargo, algunas partidas estaban ya previstas, de modo que se supone que aportará de 3 a 4 puntos por año al PIB. El 45% del paquete se dedica a infraestructuras y el 25% a la reconstrucción en Sichuan tras el terremoto.

Los cinco grandes bancos públicos, que conceden más de los dos tercios del total del crédito, fueron saneados la última década (con un coste de 500.000 millones de dólares). Bastó una orden del gobierno para que abrieran el grifo, de modo que la gran contracción del crédito sufrida en Occidente no se ha producido en China. Al revés: el crédito concedido en el año que concluyó en marzo creció el 30% en relación al año anterior. En el primer trimestre se concedió crédito por 4,5 billones de yuanes (670.000 millones de dólares), cuando la previsión para todo el año era de 5 billones. Por otra parte, los tipos de interés se han rebajado media docena de veces el último semestre y están en torno al 5%. Existe el evidente riesgo de que los bancos vuelvan a cargarse de malos créditos, pero éste será un mal menor en comparación con las enormes ayudas que ha habido que inyectar al sistema bancario en Estados Unidos y otros países occidentales.

El sector público de la economía controla en torno a un tercio de del PIB; su núcleo lo forman un centenar de grandes empresas, las mayores del país. Ha bastado también un orden del gobierno para que aumenten la inversión y reduzcan los despidos.

En cuanto al consumo, se han adoptado una serie de medidas puntuales: ayudas de una sola vez a 75 millones de personas de baja renta; asignaciones de subsistencia a grupos vulnerables; aumento de pensiones a los jubilados de la empresas publicas; reducción a la mitad de los impuestos a la compra de coches de baja cilindrada, subvenciones a las compras de vehículos híbridos o eléctricos; amplio programa de ventas subsidiadas de electrodomésticos y teléfonos móviles en las zonas rurales, donde vive aún el 60% de la población. Más a largo plazo se impulsa el avance hacia un nuevo paradigma económico en el que el consumo tenga mayor peso, con la extensión del sistema de seguridad social, que cubrirá al 90% de la población en 2011 y al total en diez años. Una vez descargados de estos gastos, los chinos ahorraran menos y consumirán más.

La conclusión es clara: los brotes son más abundantes y más verdes que en otras partes, y todo indica que la primavera económica llegará antes a China que a ningún otro país.

Eugenio Bregolat

Ex-embajador de España en China y Rusia

Eugenio Bregolat Obiols es embajador de España en el Principado de Andorra.

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