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Rabat: Hacer de necesidad, virtud

Víctor Morales Lezcano
lunes 08 de octubre de 2012, 20:22h
La reunión bilateral de alto nivel (RAN) que celebran los gobiernos de España y Marruecos ha vuelto a editarse los días 3-4 de este otoñal mes de octubre. El escenario, Rabat city. Los actores principales: Mariano Rajoy y Abdelilah Benkiran, primeros ministros de los gabinetes de turno. El cortejo: cohortes de ministros de ambos países, presidentes de las patronales respectivas, empresarios y gentes del mundo económico-financiero provenientes de ambas orillas. Naturalmente, el rey de Marruecos recibió en exclusiva a Mariano Rajoy en su sede palaciega de Marraques, donde se encontraba instalado el monarca alauí.

Esta edición de la RAN hispano-marroquí se celebra en una situación financiera angustiosa para la frontera sur de la Unión Europea y de sobresalto político continuo en los países del norte de África -desde Egipto a Túnez al menos-.

Los encuentros empresariales y el diálogo de intereses económicos que ha predominado en la Jornada del día 3 de octubre se plasmó en una sedicente “Declaración de Rabat”, apuntalada por ocho acuerdos específicos de marcado carácter financiero (ayuda a las inversiones españolas en Marruecos) y empresarial (sectores turístico y exportador). Dentro de los consistorios -tanto como en la caja de resonancia periodística que ha tenido el Encuentro- ha gobernado una impresión de tónica optimista, resumida por Benkiran en aquello de que “esto es lo mejor que nos podía pasar”. Y es que ambos vecinos territoriales han hecho de necesidad, virtud. Es decir, la dimensión económico-financiera ha prevalecido en la reunión bilateral de marras, precisamente cuando el sector exportador de España se encuentra más necesitado que nunca de consolidar sus mercados extraeuropeos, entre los cuales sobresalen los de Estados Unidos y Reino de Marruecos. Ocurre, además, que, no obstante los signos alentadores que refleja el Marruecos en transición de estos días (con una renta per capita estimada en 5.000 dólares al año), nuestro vecino meridional acusa, empero, repercusiones de naturaleza desconcertante, generadas en buena medida por la Primavera Árabe que, a propósito, han reivindicado el presidente de la República de Túnez y el notorio intelectual euro-árabe, Tariq Ramadan. (Véase “¿Florece todavía la Primavera Árabe? El Imparcial” , 05/10/ 2012)
Si se depura de lo accesorio el alcance de lo plasmado en el “Acuerdo de Rabat”, resta en el meollo del documento una voluntad de estrechamiento de lazos materiales que unirá a los dos países ribereños por vía mercantil y empresarial. Lo que, dicho sea de paso, no garantiza que algunas que otras rémoras sempiternas no empañen ocasionalmente las relaciones hispano-marroquíes en un futuro inmediato.

España requiere aliados económicos sólidos; Marruecos tiene, ya, todos los visos de devenir uno de los más importantes. Viceversa: sin negar que Marruecos ha encontrado en Francia -y en el África francófona al sur del Sahara- un referente ineludible y rentable de su política exterior, no es menos cierto que la pervivencia del antagonismo argelo-marroquí aconseja a Rabat reforzar sus lazos con España. La ley de la compensación equilibradora vuelve a cobrar, en el escenario que nos ocupa, entidad y validez. Es muy probable que el “Acuerdo de Rabat” no anule ni la constante histórica hecha de carácter geopolítico ni la exacerbada susceptibilidad que caracteriza las relaciones hispano-marroquíes desde hace un puñado de decenios. Sin embargo, si la prudencia y el tacto políticos alimentan la secuencia de cooperación, reiniciada ahora, entre las dos viejas naciones que se asoman a las costas de Gibraltar, es probable que se esté empezando a tejer una red de intereses y complicidades bilaterales alentadoras; que logren paliar el impacto que algunos diferendos históricos causan en el tejido relacional de ambas naciones.

Hacer “virtud de necesidad” es prueba de sapiencia política, aunque aquí se imponga recordar, a título de colofón, aquello de que las cosechas conviene no celebrarlas nunca antes de las recolectas.

Víctor Morales Lezcano

Historiador. Profesor emérito (UNED)

VÍCTOR MORALES LEZCANO es director del Seminario de Fuentes Orales y Gráficas (UNED) y autor de varias monografías sobre España y el Magreb

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