Uno de los nombramientos más sonados en la última crisis de Gobierno ha sido el de José Blanco como nuevo ministro de Fomento. Hombre de partido, el socialista ha llegado al Ejecutivo gracias a la fidelidad que ha guardado a Zapatero desde que les presentaron hace ya nueve años. Eterno estudiante de Derecho y derrotado en dos ocasiones en los comicios de su municipio, Blanco ha demostrado que llegar a un Ministerio es posible, si sabes cómo.

El paso de
José Blanco (Palas de Rey, Lugo, 6 de febrero de 1962) por Fomento no será sencillo. El vicesecretario general del
Partido Socialista ha llegado al techo de su carrera gracias a una trayectoria basada en la fidelidad al líder y en su capacidad para alcanzar acuerdos con partidarios y detractores. Sin embargo, algunos de estos últimos no olvidan que Blanco, a sus 47 años, es aún estudiante de Derecho, carrera que comenzó hace décadas en la Universidad de Santiago de Compostela y que ha retomado en la UNED. Tampoco dejan de recordarle que no es profeta en su tierra: perdió dos elecciones consecutivas en su municipio (1991 y 1995),
Palas del Rey, en el que el PSOE no ha levantado cabeza desde entonces, ni tan siquiera en la provincia de
Lugo en los últimos comicios autonómicos.
Ha sido y es la mano dura del Gobierno desde el aparato del partido, pero ahora forma parte de los dos. En el Congreso de los Diputados le espera, entre otros, el portavoz del
Partido Popular en la
Comisión de Fomento,
Andrés Ayala, quien ha analizado para EL IMPARCIAL la figura de Blanco, así como sus retos al frente del
Ministerio y el legado de su antecesora,
Magdalena Álvarez. En opinión de Ayala, la ex ministra ha firmado una etapa “jalonada de fracasos” en la que “ha discriminado a determinados territorios”. En conclusión, cree que la marcha de Álvarez es “una buena noticia para España y la crónica de una muerte anunciada”.
Ayala no oculta su sorpresa ante el nombramiento del vicesecretario general del PSOE. No obstante, reconoce que “se venía especulando desde hace meses que el
fiel escudero Pepiño Blanco sería ministro”. El diputado considera que Zapatero agradece así a Blanco cinco años de lealtad y apoyo en el partido, pero que "no da el perfil de lo que España necesita” porque “sólo tiene experiencia en la fontanería del partido”.
Por último,
Andrés Ayala aconseja a Blanco perseguir tres retos en Fomento: aumentar la inversión en infraestructuras "sin perder de vista la crisis", hacer un tren de alta velocidad que vertebre todos los territorios “y no uno de juguete” y, por último, potenciar las conexiones transfronterizas con Europa. La primera comparecencia de Blanco en la Comisión marcará la temperatura con la que tanto el Popular como el resto de grupos acogen al recién llegado.
Los máximos defensores de Zapatero han sido o son ministrosJosé Blanco fue senador desde 1989 hasta su segundo fracaso electoral en Palas del Rey, y en 1996 comenzó su andadura en el Congreso de los Diputados, que aún no ha concluido. Cosechó su primer éxito como coordinador de la candidatura de Emilio Pérez Touriño a la secretaría general del PSOE de Galicia, en 1998, logro por el que algunos comenzaron a llamarle “
O Bruxo de Palas de Rei”.
En 1999 se casó y se marchó a vivir a Madrid, donde, un año más tarde, el diputado gallego Ventura Pérez Mariño le puso en contacto con
José Luis Rodríguez Zapatero. Desde ese momento, Blanco comenzó a formar parte de
Nueva Vía, grupo que, encabezado por
Jesús Caldera y constituido por socialistas como
Juan Fernando López Aguilar,
Jordi Sevilla o
Trinidad Jiménez, aupó al actual
presidente del Gobierno a la secretaría general del partido.
La función de Blanco en Nueva Vía consistió en recabar apoyos y coordinar la plataforma. Con Zapatero en el poder, Blanco obtuvo su recompensa: la Secretaría de Organización (2000-2008). El año pasado ascendió un peldaño más en el partido y pasó a ser el vicesecretario general del PSOE, el “
Alfonso Guerra” de Zapatero, para ceder la Secretaría de Organización a
Leire Pajín, otra persona leal al presidente.
Jesús Caldera,
López Aguilar,
Jordi Sevilla y
Trinidad Jiménez, amigos del presidente y altavoces a su discurso también han conseguido un Ministerio, la última de ellas Jiménez en la última crisis de Gobierno, en la que ha recogido la cartera de Sanidad.