RAJOY APLASTA A BÁRCENAS, RUBALCABA DESCOMPONE AL PRESIDENTE, QUE GANÓ, SIN EMBARGO, LA PARTIDA
jueves 01 de agosto de 2013, 10:12h
Ni circunloquios ni veladuras ni evasivas. Mariano Rajoy cogió el toro por los cuernos y renunció a utilizar el ventilador para esparcir basura sobre grupos que, como el PSOE o CiU, padecen o están sometidos a procesos judiciales de envergadura.
Reconoció el señor Rajoy que se equivocó al confiar en Luis Bárcenas. Afirmó que el extesorero ha mentido y ha utilizado la insidia y la calumnia como fórmula para difuminar el único hecho hasta ahora cierto: hay cuentas irregulares a su nombre en Suiza.
El presidente del Gobierno proclamó ante los diputados su completa inocencia y la rectitud de su partido. Y afirmó que esperaría a las decisiones del juez en lugar de dedicar-se a responder las insinuaciones y las falsedades del extesorero. El Congreso de los Diputados es una cámara en la que se debaten la gestión y las responsabilidades políticas pero no una cámara para impartir justicia. Eso corresponde a los jueces.
Mariano Rajoy, en fin, ha aplastado a Luis Bárcenas. Frente a pasadas declaraciones exculpatorias se ha enfrentado abiertamente con el extesorero y le ha acusado de calum-niador. Ha sido el presidente convincente y rotundo, cosechando el aplauso repetido de su grupo. Finalmente, anunció una reforma de la ley del Tribunal de Cuentas y de otra serie de leyes que garanticen seriedad y transparencia por lo que respecta a presuntas irregularidades de los partidos.
Rubalcaba, en su intervención, renunció al énfasis y subrayó con lenguaje muy sencillo todos los aspectos de la presunta contabilidad B del Partido Popular. Acusó abiertamente a Mariano Rajoy de haber cometido una serie de delitos y se apoyó sobre todo en los sms publicados en el diario El Mundo para descomponer al presidente y exigir su dimisión. No estuvo brillante Rubalcaba pero sí eficaz, consiguiendo mantener las espadas en alto.
Duran Lleida se manifestó como siempre, moderado y prudente, un gran orador parlamentario. Bien, sin excesos, Rosa Díez y discretos los demás diputados de la oposición, salvo un par de ellos que se echaron al monte, insultando al presidente y colocándose al margen del sistema.
Alfonso Alonso habló con energía y claridad. Su intervención puede calificarse de sobresaliente. Tras él, Mariano Rajoy se mostró sereno y convincente para la opinión pública en el turno de réplica. Derrochó sentido del humor y, a ráfagas, estuvo brillante. Las encuestas, manipuladas o no, la opinión de los dirigentes y comentaristas, interesadas o no, juzgarán la comparecencia de Mariano Rajoy. En mi opinión, el presidente del Gobierno ganó la partida, aplastó a Bárcenas, combatió con eficacia a sus detractores y, en líneas generales, recuperó una parte sustancial del terreno perdido ante la opinión pública.
|
de la Real Academia Española
|
|