Se descose el PSC
domingo 19 de enero de 2014, 08:12h
El mismo día en que se conocía la fecha de las primarias del PSOE, Pere Navarro intentaba -sin éxito alguno- apagar el incendio provocado por los críticos del PSC al apoyar el pasado jueves en el Parlament la celebración de la consulta secesionista. No se trata únicamente de un problema local, sino que trasciende al resto del partido. Tampoco en Euskadi o Navarra van especialmente bien las cosas, con el apoyo más o menos explícito dado a las últimas iniciativas del entorna abertzale. Pero es en Cataluña donde los socialistas tienen ahora uno de sus mayores problemas.
Para la reelección presidencial de José Luis Rodríguez Zapatero fueron muy importantes los sufragios catalanes. Así, Zapatero y muchos de los actuales dirigentes del PSC comenzaron un viaje sin retorno hacia postulados nacionalistas, con catastróficos resultados. Hoy, el PSC es un partido desnortado, con una intención de voto en picado y carente de ideas y ligazón interna. El último intento desde Ferraz para devolverle a la senda de la cordura ha saltado por los aires debido sobre todo a la falta de convicción de Pere Navarro, a quien su fuero interno le impide posicionarse claramente en contra del sector explícitamente nacionalista.
Cada día que pasa son menos los potenciales electores del PSC en Cataluña. Es lógico, toda vez que para tener expectativas de voto hace falta un proyecto ilusionante y coherente; aspectos ambos de los que hoy carece el PSC. O Alfredo Pérez Rubalcaba se implica personalmente en la resolución del problema, o el problema en cuestión puede extenderse a él mismo por elevación. Cataluña –y España- necesitan un partido socialista coherente, es decir, internacionalista, que no nacionalista, y eso ya estaba inventado hace casi siglo y medido: se llama –o se llamaba- Partido Socialista Obrero Español.