El Círculo de Bellas Artes muestra una selección de los dibujos que Francis Bacon legó al periodista italiano Cristiano Lovatelli Ravarino, uno de sus amigos íntimos y pareja del pintor.
El pintor por ser pintor, ¿necesariamente sabe dibujar? Es la pregunta que subyace a la exposición Francis Bacon. La cuestión del dibujo, que acoge el Círculo de Bellas Artes hasta el 21 de mayo.
Parte de la crítica cree que el artista irlandés no sabía hacerlo, pero tampoco estaba obligado a hacerlo, pues su obra subjetivista se basaba precisamente en el ejercicio expresionista que llevaba a cabo directamente sobre el lienzo; sin intermediarios. Como en el caso de otros artistas de vanguardia, el dibujo no formaba necesariamente parte del proceso creativo.
A pesar de que hay voces que afirman que Bacon nunca dibujó, la muestra del CBA evidencia la existencia de unos dibujos que fueron encontrados en el estudio del pintor, al que muy poca gente pudo acceder. Si acaso lo hacían sus amantes, que no sabían pintar, algo que no pasan por alto los defensores de este legado, que argumentan así su autenticidad.
Sin embargo, estudiosos de su obra sostienen que Bacon eliminaba sus bocetos para evitar que trascendieran. Quizá porque no le convencía su calidad, quizá porque no quería que su obra fuera vinculada a técnicas creativas propias de la pintura retiniana o, quizá, porque sencillamente pintaba sólo para él, como acostumbraba a decir. La duda aún no ha sido resuelta con datos puramente científicos.
Velázquez y el retrato
En los dibujos reunidos en la exposición, Bacon aborda cuatro temas recurrentes en su obra: el autorretrato, las cabezas, el retrato del hombre de negocios, la crucifixión y el retrato de Inocencio X de Velázquez, una obra que le obsesionó. “Siempre he creído que era uno de los mejores cuadros del mundo y he utilizado de modo obsesivo”, afirmaba el artista. Si bien, sus reproducciones eran distorsionadas. Aunque guardaban la esencia de la obra de Velázquez, nada tenían que ver en su factura, sometiéndola a un tratamiento distorsionado, como hacía con todos sus retratos, siempre desfigurados y creados a partir de pinceladas violentas y enérgicas. Era un manipulador de rostros.
¿Son los dibujos de Bacon obras en sí mismas? No hay duda de que en ellos se intuye el interés del pintor por experimentar sobre las variaciones de color y sus posibilidades expresivas. También, que Bacon debía sentir cierta satisfacción por el resultado conseguido pues la mayoría fueron firmadas por el pintor. ¿Son entonces un fin o un medio? Decía que la pintura “es un dibujo de nuestro sistema nervioso proyectado sobre un lienzo”. Acaso en esta cita es posible hallar una respuesta.
Los dibujos fueron regalados por el artista irlandés a Cristiano Lovatelli Ravarino, un periodista italiano a quien le unió algo más que una amistad. Todos ellos están firmados entre 1977 y 1992, año de su muerte.
Lugar: Círculo de Bellas Artes. Sala Goya
Fechas: del 13 de febrero al 21 de mayo
Horario: de martes a domingo de 11:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 21:00 horas
Entrada: 4 euros