El satélite español PAZ, concebido para la observación de la Tierra con fines militares y civiles, ha concluido con éxito su fase de integración. Tras su lanzamiento, previsto para mediados de 2014, España se convertirá en el tercer país europeo con capacidad para tomar imágenes de alta resolución tanto de día como de noche y en condiciones climatológicas adversas, un i+D de primer nivel mundial que ha colocado a la industria de nuestro país en una situación privilegiada para competir en el exterior. Por Laura Crespo

“Se dice que la ciencia avanza paso a paso, pero éste ha sido un paso muy grande”.
Miguel Ángel García Primo se muestra entusiasmado. Director general técnico de la operadora de servicios gubernamentales por satélite
Hisdesat, García Primo encabeza el proyecto del
satélite PAZ, “un hito” para España que acaba de terminar con éxito su integración final y avanza hacia la última fase de puesta a punto antes de su lanzamiento, previsto para el próximo 2014. “Con este satélite, la industria nacional del espacio se coloca en un lugar privilegiado”, asegura.
PAZ es un satélite de
observación de la Tierra de última generación que orbitará a 514 kilómetros de ésta a una velocidad de
7 kilómetros por segundo, con 1.400 kilos de peso, 5 metros de altura y 2,4 de diámetro. Cada día, cubrirá una superficie de 300.000 kilómetros y enviará más de cien imágenes de hasta un metro de resolución. Su construcción y puesta en marcha se enmarca en el
Plan Nacional de Observación de la Tierra, un proyecto conjunto de los Ministerios de Defensa y de Industria que nace con el objetivo de dotar a España de una autonomía que asegure y afiance su soberanía en términos de obtención de imágenes por satélite.
Tal y como explica el director de Hisdesat, empresa beneficiaria desde 2007 del acuerdo de partenariado público-privado con Defensa para la construcción del satélite, las imágenes que captará PAZ tendrán “un uso dual”: militar y civil.
El elemento principal del satélite “es un radar que básicamente sirve para atender necesidades de
seguridad y de defensa, pero también servirá para otras actividades de carácter civil”, explica García Primo, quien concreta que “tendrá usos relacionados con el
medio ambiente”. Es capaz, en este sentido, de detectar manchas de petróleo en el mar o desplazamientos de apenas unos milímetros de vías ferroviarias, puentes o cualquier otra infraestructura.
Además del radar, PAZ incorpora otros dos instrumentos que encajan también en este doble objetivo. Por un lado, el satélite cuenta con un
Sistema Automático de Identificación (AIS), muy útil para la vigilancia marítima. Esta herramienta complementa la imagen de los buques que pueda captar el radar con información precisa sobre cada una de las naves: el nombre, la matrícula, la carga que lleva, de dónde viene o hacia dónde se dirige. “Es la primera vez en el mundo que se va a volar un satélite con estas dos funcionalidades –radar y AIS- incorporadas en la misma plataforma”, destaca el director de Hisdesat.
Por otra parte, PAZ incluye una
carga científica que mide las variaciones de las señales GPS cuando hay precipitación extrema acumulada en las capas altas de la atmósfera. Con este experimento, los operadores del satélite pretenden predecir con un cierto tiempo de antelación cuándo y dónde va a ocurrir cualquier tipo de fenómeno relacionado con la precipitación extrema, como la gota fría o el tifón. “La idea es que podamos avisar a la población antes de que sucedan este tipo de eventos que pueden provocar
inundaciones”, explica García Primo a este periódico.
Terna europeaEl satélite PAZ está basado en un sensor-radar de
apertura sintética, la tecnología más avanzada que existe en este campo. Aprovechando el rápido desplazamiento del satélite y gracias al efecto que produce el envío y recepción de señales en movimiento, se pueden obtener imágenes de muy alta resolución con una antena del tamaño adecuado al satélite. “La tecnología de apertura sintética permite simular que la antena es más grande de lo que es en realidad; con ella somos capaces de de distinguir objetos muy pequeños, como si radiáramos con una antena de 100 metros cuando en realidad la del PAZ tiene sólo cinco”, aclara el representante del proyecto.
“Se trata de un satélite de una complejidad enorme en comparación con lo que se había hecho hasta ahora, por lo que supone un hito para este país”, considera García Primo. El director técnico de Hisdesat reconoce que llegar a este punto de desarrollo con el PAZ “ha costado mucho y ha supuesto un reto muy importante para las industrias participantes porque se trata de
un i+D de primer nivel en el Mundo”.
En Europa, sólo
Alemania e Italia tienen en órbita satélites con esta tecnología, por lo que España se ha convertido ya en el tercer país europeo con esa capacidad y, tal y como apunta el responsable de PAZ, “la industria nacional del espacio se ha colocado en ese lugar privilegiado”. Son
18 las empresas que han participado en la construcción de PAZ a través del consorcio EADS CASA ESPACIO, contratista principal del satélite.
Además de la capacitación de la industria y una mejor posición a la hora de competir en el exterior, PAZ ya ha dejado un rastro económico positivo en nuestro. Según datos de Hisdesat, sólo durante la fabricación de PAZ se han generado
450 empleos por año, a los que habrá que sumar otros 50 ó 60 que serán necesarios para la operación y explotación del satélite durante su vida útil, entre 5,5 y 7 años. “En este tiempo hemos formado un grupo de ingenieros con una proyección tremenda, puestos de trabajo de muy alta cualificación que esperamos tengan continuidad”, indica García Primo.
Fotografía del satélite PAZ durante su puesta a punto.Participación público-privadaEn total, el programa PAZ tendrá un coste de unos
160 millones de euros de capital privado, fruto, eso sí, de un crédito del Ministerio de Industria a Hisdesat. A través de un acuerdo de partenariado público-privado con Defensa, la empresa se encarga de construir el satélite, operarlo y dar servicios en órbita y el ministerio público le comprará un determinado número de imágenes una vez esté operativo.
“Actualmente esta es, sin duda, la manera más adecuada de lanzar este tipo de proyectos”, opina el director de Hisdesat. “Por un lado, el Gobierno no tiene que hacer una gran inversión, sino que paga por servicios y minimiza el riesgo, y por otro, nosotros arrancamos con un cliente principal, que es Defensa, y lo completamos con otros clientes de todo el mundo”, expone.
Las sinergias han sido fundamentales para el éxito de PAZ. Cuando se firmó el Plan Nacional de Observación de la Tierra entre Industria y Defensa, la primera de las carteras ya tenía proyectado el
satélite óptico Ingenio, dependiente del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), en actual fase de desarrollo en la Agencia Espacial Europea (ESA) y cuya explotación, una vez en órbita, estará también en manos de Hisdesat.
“El Ministerio de Defensa tiene desde hace tiempo unas necesidades que cubrir en lo que nosotros llamamos
observación todo-tiempo: hoy por hoy tienen la capacidad de observación en alta resolución sólo con tecnología óptica, lo que quiere decir que si es de noche o si hay nubes, no se ve. Una operación especial o la vida de una persona no deberían depender de que en un momento determinado y en un lugar concreto llueva o haya nubes. Este tipo de satélite-radar es un paso muy importante que Defensa necesitaba dar y que ha hecho de una forma muy inteligente, aprovechando las sinergias con el proyecto Ingenio, ya arrancado”, explica García Primo.
El lanzamiento de PAZ está previsto para el próximo 2014, “algo más tarde del primer trimestre”, según indica el director técnico de la empresa. La integración del satélite, con su plataforma e instrumentos, ya está finalizada, así como las pruebas funcionales.
El siguiente paso son los
test ambientales, que se arrancarán en las próximas semanas cerca de Munich (Alemania) y que expondrán al aparato a aquellos ambientes con los que se va a encontrar durante su lanzamiento y durante su vida en órbita. “Tenemos que someterlo a vacío o a los cambios térmicos que va a sufrir, de entre -80 y 80 grados centígrados, y verificar que el satélite sigue siendo funcional pese a esas condiciones”, ilustra García Primo.
Superadas las últimas pruebas, PAZ será enviado al espacio con el
lanzador ruso DNPER y permanecerá en órbita durante un periodo de entre cinco años y medio y siete años. Concluida su vida útil, el satélite será destruido al obligarlo a colisionar contra las capas altas de la atmósfera, una maniobra que, según asegura el director de Hisdesat, no entraña riesgo alguno: ni hay peligro de que caiga a la Tierra ni se convertirá en basura espacial. Simplemente, desaparecerá.