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TRATAMIENTO EFECTIVO EN RATONES

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viernes 25 de octubre de 2013, 17:18h
Científicos de la Universidad Atónoma de Barcelona han desarrollado un tratamiento contra el Alzheimer que se ha ensayado de forma eficaz en ratones. A falta de algunas pruebas previas a su test en humanos, la terapia ha logrado, gracias a la inyección de un fragmento de anticuerpo, eliminar del cerebro de los roedores la sustancia tóxica que provoca la muerte neuronal responsable de la enfermedad.
Un equipo de investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ha desarrollado un tratamiento contra el Alzheimer que se ha mostrado eficaz en ratones. En los ensayos, cinco días después de administrarles el nuevo tratamiento a través de una única inyección en el abdomen, los roedores mejoraron su memoria y su capacidad de aprendizaje y, lo que es más importante, eliminaron de su cerebro la sustancia que provoca la muerte neuronal característica de la enfermedad. Aunque faltan aún pruebas previas a su ensayo en humanos, la investigación abre un horizonte prometedor en la lucha contra la enfermedad. “No es una cosa inmediata y para llegar a comercializarse puede faltar bastante, pero estamos muy esperanzados”, reconoce a este periódico la Dra. Sandra Villegas, que lidera el proyecto desde la Unidad de Biociencias del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular.

El prometedor avance consiste en un tratamiento de tipo inmunológico que absorbe la ya probada eficacia de las terapias contra el Alzheimer a base de anticuerpos y resuelve su mayor problema: los efectos adversos que obligaron a cancelar en 2012 los ensayos clínicos más avanzados hasta la fecha.

La inmunoterapia o terapia con anticuerpos, que ya está dando buenos resultados en el tratamiento de otras enfermedades como el cáncer de mama, se erigió como bandera contra el Alzheimer cuando se demostró que un anticuerpo concreto –el bapineuzumab- era capaz de eliminar el péptido A?, la sustancia tóxica que se acumula en el cerebro y provoca la muerte neuronal en las personas que sufren esta enfermedad. Sin embargo, durante los ensayos con humanos se demostró que la inyección del anticuerpo disparaba el sistema inmunitario del paciente y provocaba una inflamación del cerebro.

Ahora, la Dra. Villegas ha utilizado, en lugar del anticuerpo entero, sólo un fragmento de éste que conserva la capacidad de eliminar el elemento tóxico sin activar el sistema inmunitario. “Somos expertos en el diseño de proteínas y hemos conseguido el fragmento que nos interesaba para poder capturar los agregados del péptido A? sin activar todas las células de defensa ni producir un efecto que sea peor que la enfermedad”, explica la investigadora.

Los ratones recibieron el fragmento de anticuerpo a través de una inyección en la zona abdominal y, tras cinco días, se comprobó cómo su córtex –la zona del cerebro principalmente afectada en Alzheimer- había quedado prácticamente limpio de sustancias tóxicas. “Obervamos cómo en los animales tratados el número de neuronas era el mismo que en los animales que no tenían la enfermedad, es decir, que el tratamiento había protegido a las neuronas de la muerte”, explica la Dra. Villegas.

Además del estudio físico y directo del cerebro de los animales para analizar sus componentes moleculares, la investigación incluyó una pequeña parte conductual. Aunque se trata de técnicas menos precisas y aún no prolongadas lo suficiente en el tiempo, sí señalaron que los roedores tratados una disminución total de los niveles de ansiedad y una mejora en su memoria y aprendizaje.

Apenas una década
Con los resultados del estudio publicados en tres artículos simultáneos en la prestigiosa revista MABS (Monoclonal Antobodies), los investigadores pretenden seguir avanzando en esta doble vertiente. Pruebas bioquímicas por un lado, sobre todo de toxicidad, para comprobar que la sustancia inyectada se metaboliza sin problema y no afecta a riñones, hígado o corazón. Por otra parte, observar las reacciones del animal en un tiempo más prolongado. Pasados estos test podría empezar a ensayarse en humanos y descartar otros posibles efectos secundarios.

Si el tratamiento supera cada test con éxito, el medicamento podría estar en el mercado antes de una década. “La referencia temporal en este tipo de estudios es de diez años, pero podría ser antes debido a la prisa que tienen las empresas por patentar y comercializar cuando se trata de enfermedades que, como el Alzheimer, afectan a tanta gente”, apunta la Dra. Villegas, quien asegura que “a veces, la industria farmacéutica va más rápida de lo que debería porque detrás hay un interés económico muy grande”.

Hasta ahora sólo existen contra el Alzheimer medicamentos paliativos, que potencian la memoria, eficientes en algunas fases de la enfermedad y que ayudan a controlar hasta cierto punto y momento los síntomas. Sin embargo, la dolencia no se cura. Según explica la Dra. Villegas, este sí sería, en caso de prosperar, un tratamiento curativo del Alzheimer, “porque elimina, directamente, la causa de la enfermedad”.

La investigadora indica que, como los actuales paliativos, esta nueva terapia debería aplicarse al inicio de la enfermedad puesto que elimina las sustancias tóxicas y evita la muerte de las neuronas, pero no puede resucitar las células una vez perdidas. La Dra. Villegas destaca que en los últimos años se está haciendo un gran esfuerzo en este sentido, para mejorar las técnicas de diagnóstico precoz a través de simples análisis de sangre rutinarios.

“La Fundación Pasqual Maragall está trabajando en test de diagnóstico rápido que sean eficientes en etapas súper tempranas, asintomáticas”, apunta. Si se puede detectar la acumulación de péptido A? en el cerebro antes de que aparezcan los síntomas de la enfermedad y eliminarlo a través de un tratamiento como el ahora diseñado, se habrá ganado la guerra contra el Alzheimer.

“Aunque hay que ser muy prudentes y no pensar que por haber curado a unos ratones va a existir mañana un medicamento curativo en las farmacias, los que trabajamos en Alzheimer sí pensamos que en unos años tendremos esto controlado”, asegura la Dra. Villegas.

Financiación
El proyecto de la Dra. Villegas arrancó seis años atrás y se ha financiado gracias a dos convocatorias del Fondo de Investigación Sanitaria (FIS) del Instituto de salud Carlos III de tres años de duración cada una y otra, solapada parcialmente con las anteriores, de la Fundación Mutua Madrileña. A finales de este año se acaba la última de las concesiones y la investigadora ya ha presentado su proyecto para los siguientes tres años.

“Tengo esperanza de que me den el FIS porque si no voy a tener que cerrar el laboratorio”, dice la Dra. Villegas, quien define el estado del sector de la ciencia en España como “un desastre”. Los tres artículos sobre la investigación que ha publicado la revista MABS, aparte de otros trabajos, funcionarán como aval de la calidad del estudio ante los evaluadores del Instituto de salud Carlos III, que decidirán antes de final de año si se prolonga la financiación al equipo de la UAB.
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