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Casillas y sus milagros
miércoles 09 de abril de 2014, 18:51h
El Real Madrid se salva de caer en cuartos de final de la UEFA Champions Legaue. El fútbol español mete a su primer integrante entre los cuatro mejores del continente europeo. Los merengues logran una clasificación sufrida que casi se les atraganta.
El Real Madrid se salva de caer en cuartos de final de la UEFA Champions Legaue. El fútbol español mete a su primer integrante entre los cuatro mejores del continente europeo. Los merengues logran una clasificación sufrida que casi se les atraganta. Ha sufrido mucho el Madrid, pero lo consiguió. Enhorabuena a los madridistas.
Los blancos jugaban en una de las catedrales del fútbol europeo, el mítico Westfalenstadion, actualmente Signal Iduna Park, con capacidad para ochenta y un mil doscientos sesenta y cuatro espectadores. Llevaban los deberes bien hechos. Habían ganado 3 a 0 en Chamartín; pero, ay, el fútbol es muy caprichoso. El Borussia Dortmund de la mano de su fantástico estratega, Jürgen Klopp, casi logra la proeza de empatar la eliminatoria al Real Madrid. El técnico de Stuttgart y sus pupilos salieron con el cuchillo entre los dientes y pasaron de forma dictatorial sobre los jugadores del equipo de Concha Espina. El Real consiguió irse al descanso perdiendo dos a cero. Se mascaba la tragedia. Pero llegó la segunda parte y apareció el santo: Casillas.
Iker Casillas, portero del Real Madrid y de la Selección Española de fútbol, no estaba dispuesto a dejarse aniquilar por los alemanes de la región del Ruhr. El grandioso portero de Móstoles saco a relucir, en la segunda parte, sus estiradas imposibles y paradas a bocajarro. Iker se puso el traje de trabajo y salió al rescate de su equipo, que encerrado en su área apenas hizo unos pocos contraataques en este segundo período.
El santo decidió dejar su sello en el minuto setenta de partido con una estirada impresionante y una segunda parada a bocajarro espectacular, que nos hizo recordar las paradas que le han convertido en uno de los mejores porteros del mundo, por no decir el mejor. Me vienen a la cabeza infinidad de intervenciones antológicas de Casillas, pero, sin duda alguna una de las más recordadas es la parada que le hizo a Arjen Robben, jugador del Bayern de Múnich, en la final del Mundial entre España y Holanda en 2010 en Sudáfrica.
Casillas, además de ser uno de los mejores arqueros del mundo, tiene una ventaja respecto a sus colegas. Es un portero con mucha suerte. Cuando Casillas se pone bajo los palos, sabes que el larguero y los postes juegan con él. La portería y él se convierten en un solo cuerpo. Casillas es grande; por eso, precisamente, no acabo de entender por qué el Real Madrid está siendo tan injusto con su portero titular. Los merengues deben dar gracias a los dioses por contar con uno de los mejores arqueros del mundo, capaz de dejar en silencio a la hinchada más ruidosa del viejo continente europeo con sus paradas milagrosas.