Un largo proceso de reformas (y II)
Juan José Laborda
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1718lamartingmailcom/12/12/18
jueves 24 de abril de 2014, 20:19h
“¿Qué hay que hacer? ”, me plantearon en un coloquio celebrado en la Universidad de La Rioja sobre las reformas del Estado Autonómico. Respondí con dudas, no sólo porque las tengo, sino porque creo que las reformas profundas serán consecuencia de acuerdos, y no de ideas perfectas, que casi siempre proceden de mentalidades autoritarias.
Una consideración previa de carácter comparativo: mientras los alemanes tienen un proyecto reformista nacional, que les llevó a reformar en 2006 su Constitución y su Estado descentralizado, nosotros, por no tener ese impulso reformista, empezamos a dudar de que nuestra nación mantenga su capacidad integradora.
Sintetizo 10 puntos:
1º. Es necesario comprobar quiénes tienen coincidencias en lo que se ha de reformar, y cuántos son en total los que están dispuestos a trabajar en el próximo periodo reformista.
2º. Cuanto más amplio sea el consenso mejor será, pero el consenso ya no puede ser la exigencia previa, sino el inicio de un proceso que se ha puesto en marcha, y que está abierto en todo momento a nuevas incorporaciones.
3º. Se abre un proceso reformista, que seguramente afectará a la Constitución, pero estamos en contra de la idea de un nuevo proceso constituyente.
4º. La reforma del Estado en España constituye un todo con el Estado de las Autonomías y el Estado del Bienestar.
5º. Reformar el Estado del Bienestar es una necesidad insoslayable. La debilidad demográfica de Europa y la globalización de las migraciones mundiales imponen esas reformas, y el carácter descentralizado de nuestro Estado ha de tenerse en cuenta, pero ese carácter no es, ni mucho menos, un problema irresoluble. Estados Unidos y Alemania, dos Estados federales o descentralizados, están demostrando que pueden competir con China y con los países emergentes, en sectores económicos que se creían perdidos para las antiguas economías industriales, como la manufactura.
6º. La reforma del Estado del Bienestar se está produciendo ahora mismo en España. Pero al no estar relacionada con la reforma de las Comunidades Autónomas -aplazada por imperativo de la excluyente prioridad económica-, la reforma del Estado del Bienestar carece de explicaciones, aparece como una simple consecuencia de la mala gestión del Gobierno anterior, y así no evitará que la sociedad sólo la vea como injusta, en resumen, un relato pesimista, divorciado de cualquier proyecto de política solidaria. Recordemos lo que escribió Joseph Strayer, un estudioso de los orígenes del Estado:“ un Estado existe sobre todo en el corazón y en la mente de su pueblo”.
7. La reforma de la financiación autonómica es la clave para las reformas autonómicas y del Estado de Bienestar. Apunto tres criterios: a) es necesario llegar a una verdadera responsabilidad fiscal: el gobierno parlamentario se justifica por debatir ingresos tributarios, y no solamente decidiendo gastos, como hacen los actuales parlamentos autonómicos. b) El Concierto vasco y el Convenio navarro no tienen que dar, por definición, ventajas tributarias al ingresar y al gastar, como sucede hoy. c) las funciones que la LOFCA atribuye al “Consejo de Política Fiscal y Financiera de las Comunidades Autónomas” deberá pasar a un Senado reformado, que hará un seguimiento permanente de los flujos económicos-tributarios, entre otros, las llamadas “balanzas fiscales”.
8. Educación y la Sanidad, aunque sean servicios públicos estatales, continuarán como competencias autonómicas. No es posible, en mi opinión, la devolución de esas competencias. Sin embargo, el artículo 145 de la CE, que regula los convenios entre las Comunidades Autónomas, puede abrir un camino de cooperación en ámbitos como la sanidad hospitalaria y la investigación universitaria.
9. La asimetría y la protección de los hechos diferenciales son inherentes al Estado de las Autonomías, y también su principal problema. El artículo 2 de la CE proclama que: “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española…”, y termina: “…reconoce y garantiza…la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas.” ¿Quiénes son nacionalidades? No son las regiones históricamente más antiguas, sino las contempladas en la Disposición Transitoria Segunda: “Los territorios que en el pasado hubiesen plebiscitado afirmativamente proyectos de Estatuto de autonomía…”. En esto, la Constitución se remonta sólo al “pasado” de la II República. Corresponde a cada Comunidad definir sus “hechos diferenciales”, y cuando estudiamos la reforma constitucional del Senado, entre 1994 y 1997, el Senado reformado era competente para defender esos hechos, incluso ante el Tribunal Constitucional.
10. Reforma constitucional del Senado. Sigo pensando que será la clave de las reformas del Estado Autonómico. ¿Cuál fue justificación de esa reforma, en la que todos los grupos parlamentarios del Senado estábamos de acuerdo entre 1994 y 1997? Resolver el maligno problema de que las Comunidades Autónomas se relacionan con el Estado ¡a través de los partidos políticos! Es decir, se relacionan a través del Congreso, que anormalmente es la Cámara de “representación territorial”, siendo los senadores, realmente, diputados de segunda.
Finalizo: creo que un nuevo consenso reformista se abrirá paso, sea cual sea la evolución política de Cataluña, a partir del próximo otoño. Consenso para diseñar un período reformista de más diez años -como en Alemania-, alternando gobiernos de diferentes colores políticos, y planificando las reformas necesarias de las leyes, de artículos de la Constitución, e incluso contemplando -al final o al comienzo del período reformista (¡este es el punto donde existen dudas!)- la reforma de otros artículos de la Constitución, que supondrán convocar a referéndum a todo el pueblo español para su aprobación.
Consejero de Estado-Historiador.
JUAN JOSÉ LABORDA MARTIN es senador constituyente por Burgos y fue presidente del Senado.
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