El hallazgo de un de un
esqueleto humano en el sitio arqueológico de Hoyo Negro, en México, ubicado dentro de una cueva inundada de Quintana Roo, abre nuevas posibilidades para el estudio del vínculo que existe entre los
primeros pobladores de América y los grupos indígenas contemporáneos de este continente.
Así lo cuenta el
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que define los restos hallados como el esqueleto "más completo y genéticamente intacto que se ha encontrado en América, el cual pertenece a una joven de entre
15 y 16 años que murió dentro de una cueva localizada en el actual estado de Quintana Roo, inundada después de la última glaciación que finalizó hace unos 10.000 años, y cuyos restos son los más antiguos localizados en el Nuevo Mundo".
Los resultados que confirman la antigüedad del esqueleto, bautizado como la “Joven de Hoyo Negro” o
“Naia”, serán dados a conocer en la revista
Science de este mes.
Los científicos han llevado a cabo el análisis de ADN mitocondrial, Carbono 14 y Uranio/Torio. "Además de arrojar una antigüedad de entre 13.000 y 12.000 años, los resultados indicaron que se trata de una joven de origen asiático (Beringio) del haplogrupo (cromosoma materno) D, identificado con las migraciones que llegaron a América desde Siberia; subhaplogrupo D1, que solo tiene lugar en América", explica el INAH.
La edad del esqueleto fue confirmada además por otros análisis realizados "en semillas, carbón, guano de murciélago frutero, racimos de calcita y espeleotemas, y tomando en cuenta aspectos de la formación del sitio y medición de los cambios en el nivel del mar, que durante la edad de hielo era por lo menos 120 metros más abajo que el actual".
Además del esqueleto humano se han descubierto restos de 26 mamíferos correspondientes a once especies del Pleistoceno Tardío que incluyen " gonfoterio, tigre dientes de sable, perezoso de tierra tipo Shasta, tapir gigante, cerdo de monte, oso, puma, lince, coyote, coatí y murciélago frutero".