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TRIBUNA

Apertura de Curso con optimismo, a pesar de lo que está cayendo

Juan José Laborda
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jueves 04 de septiembre de 2014, 20:31h
La Decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, la profesora Pilar Laguna, me invitó a dar la lección inaugural para los alumnos recién matriculados en las diferentes carreras que se imparten en esa Facultad de la Universidad Rey Juan Carlos. Fue el mismo día que el Congreso y el Parlament de Cataluña se ocupaban del deprimente caso de Jordi Pujol. A pesar del mal ambiente moral, quise dar razones para superar el pesimismo, y creo que los nuevos universitarios estuvieron de acuerdo con mis palabras. Estas fueron algunas de ellas:

“Internet ha creado un tipo humano que es la inversión completa del antiguo usuario de la imprenta, algo así como el revés de la cultura Gutenberg: las redes sociales han hecho surgir un sujeto que no para de escribir, pero que nunca leerá un libro. Ese nuevo arquetipo sociológico será cada vez más numeroso, es indudable que su existencia plantea problemas muy interesantes para la política democrática, pero ahora me interesa decir que ese tipo es la negación del espíritu universitario europeo.

Con esto quiero expresar mi convicción de que no existe conocimiento digno del nombre de universitario si no se basa en la lectura y en la meditación de libros de autores que conformaron nuestra civilización, al menos desde hace 2.500 años.Os daré dos títulos clásicos, y unos autores de nuestros días:

El primero: “La historia de la guerra del Peloponeso” de Tucídides. Estoy seguro que sabéis quién fue Tucídides y la importancia que su obra tuvo para la posteridad, hasta nuestros días. No estoy recomendando un rollo aburrido. Tenemos la inmensa suerte de poder leer la traducción del griego clásico que hizo Francisco Rodríguez Adrados, una maravilla que el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales editó el año 2002. Quizá al principio necesitéis alguna ayuda para situar unos hechos que sucedieron en la Atenas democrática de Pericles. Google y wikipedia sirven muy bien para eso. Pero pronto os daréis cuenta solos que “La historia de la guerra del Peloponeso” plantea el problema capital de las democracias hasta hoy: sólo con la verdad de los hechos la democracia consigue no precipitarse en la demagogia; es el problema de la mentira tolerada como argumento propagandístico. ¿No es ese el asunto moral más importante de esta época que todavía no tiene nombre?

Mi segunda recomendación es que leáis el “Quijote” de Miguel de Cervantes. Y si lo habéis leído ya, hacedlo otra vez, y os sugiero que utilicéis como interpretación del texto y del tiempo cervantino tres títulos notables: “Para leer a Cervantes” de Martí de Riquer (Acantilado); “El tiempo del Quijote” de Pierre Vilar (Crecimiento y desarrollo, Crítica); y “Tiempos del Quijote” de Francisco Rico (Acantilado). Hay muchos títulos más, pero estos son estudios que yo he disfrutado leyéndolos, y por eso, porque me parecéis simpáticos, os cedo mis placeres. (Ya sabéis que Oscar Wilde afirmaba que los hombres complejos sólo tienen placeres simples).

Y para terminar, con ayuda de dos historiadores de nuestro tiempo, Tony Judt (muerto hace poco en plena madurez), y Eric J. Hobsbawm (un prodigio de larga vida), apuntaré la conclusión final de estas palabras de apertura. Y al tiempo os hago la recomendación libresca final.

La conclusión es que Europa, la Unión Europea, no es un espacio político decadente, envejecido, sin el genio que tuvo cuando globalizó el mundo con la democracia, el capitalismo y los Derechos Humanos. Esta época que todavía no tiene nombre podría ser otra época de esplendor para Europa. Dependerá de que Europa sea capaz de actualizar el inmenso valor de su cultura, recuperando su genio político, económico y humanista. Por eso recomiendo que trabajéis con Tucídides y con Cervantes. ¿No es estúpido que nuestras autoridades ministeriales impulsen preferentemente asignaturas utilitarias (las que dicen que sirven para hacerse ricos) y desdeñen la filosofía y los saberes clásicos que son las asignaturas que estudian las elites universitarias en América y en Asia? ¿Les cedemos un futuro que se llama Tucídides, Cervantes, Kant o Goethe a cambio de las modas y novedades que nos exportan cada temporada?

Mi comentario final: los libros de Tony Judt y de Eric Hobsbawm nos describen una historia que comenzó hace exactamente 100 años: la Primera Guerra Mundial fue el comienzo de la decadencia europea, y que culminó en 1945 cuando toda Europa fue un continente ocupado por tropas americanas y rusas. Eso empezó a cambiar en 1989, cuando cayó el muro de Berlín, y empezó un tiempo histórico que aún no tiene nombre. Judt y Hobsbawm fueron historiadores británicos, pero ambos fueron judíos y hablaban el alemán de los hebreos de Europa central. En sus dos libros, España aparece como una nación un tanto periférica. Padecimos como conflictos sociales y como guerra civil las dos Guerras Mundiales. Pero ahora estamos dentro del cuerpo europeo. Leyendo a Judt y a Hobsbawm he llegado a la conclusión que España tiene unas relaciones estratégicas con Alemania que sólo la estupidez del momento puede ignorarlas. Para España la unidad europea es esencial y con Alemania es posible. Si yo tuviera vuestra edad aprendería alemán, mientras disfrutaba de mi nueva vida universitaria.”

Juan José Laborda

Consejero de Estado-Historiador.

JUAN JOSÉ LABORDA MARTIN es senador constituyente por Burgos y fue presidente del Senado.

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