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TRIBUNA

Interesados por la Transición (y 2)

Juan José Laborda
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1718lamartingmailcom/12/12/18
viernes 16 de octubre de 2015, 20:32h
En el seminario que dirige el profesor Juan José Solozábal en la UAM me correspondió a mí, junto con la profesora Marta Lorente, exponer a un numeroso grupo de alumnos, muy jóvenes la mayoría, mis experiencias durante el proceso constituyente, que yo lo viví siendo senador socialista por Burgos.

Defendí que durante aquella legislatura (Junio 1977-Diciembre 1978), España experimentó un auténtico proceso constituyente, tan singular, y por lo tanto, tan original, como lo fueron cualquiera de los países en similar coyuntura histórica; yo puse los ejemplos de Alemania, Japón y Sudáfrica, cuyas fases constituyentes, después de las dictaduras totalitarias y racista, ni por asomo se adaptaron al tópico modelo jacobino francés, aunque sí se parecieron a lo que hicimos nosotros al redactar la Constitución (insistí en el caso de Sudáfrica, pues la “reconciliación nacional” de Mandela, y su ley de amnistía, devolvieron la paz civil a otro país traumatizado por la guerra y la violencia); me agradó escuchar a la catedrática Lorente cuando relató que el proceso constituyente norteamericano no fue precisamente un modelo de perfección y de virtudes, y eso que congregó a grandes teóricos constitucionalistas como Madison y Hamilton.

Ante un auditorio de jóvenes universitarios, resalté, con ejemplos reales de aquellas Cortes constituyentes, que nada estuvo escrito entonces, y que el éxito dependió en gran medida de nuestra suerte (la “fortuna” que señaló Maquiavelo). Con eso pretendí animarles a participar en la vida política, pues la política puede ser mejorada cuando personas con auténtica vocación por lo público entran en ella, corrigiendo así una mala “fortuna” histórica.

También opiné que nuestra transición a la democracia encontró bases firmes que los constituyentes españoles supieron aprovechar. (Y por eso mismo, los treinta y ocho años de vida democrática son, sin duda, base segura para iniciar las reformas constitucionales que necesitamos.)

Para argumentar cuáles fueron las bases firmes en las que nos apoyamos, reproduzco las preguntas que me hicieron en otra universidad sobre el mismo asunto de la “Transición”, y una parte de mis respuestas:

1º) El plan de estabilización de 1959 y la obra del ministro Ullastres.

P:¿Había creado el régimen de Franco las condiciones idóneas para que las cosas en España tomaran ese camino hacia la democracia?

R: “La dictadura franquista no creó las condiciones idóneas para transitar por el camino europeo-occidental, sino que fue un freno para ese avance, pero Franco no tuvo otra opción después de 1945-1947 que adaptarse al régimen europeo occidental, lo que supuso que ministros tecnocráticos como Alberto Ullastres emanciparan la economía de la política autoritaria del régimen franquista. Según Fuentes Quintana, con Ullastres la economía española entró dentro del Mercado Común, pero Europa entró plenamente en España en 1985.

2º) El “contubernio” de Múnich y el Rey de la democracia.

P: El Rey ¿por qué y para qué decide tomar el camino hacia la democracia. ¿Le aconseja alguien?¿Era lo esperable de él?¿Lo tenía decidido o previsto?¿Era puro pragmatismo?

R: “Entre el 5 y el 8 de junio de 1962 se celebró en Múnich el IV Congreso del Movimiento Europeo que congregó a los opositores del franquismo que no eran comunistas. En Múnich se encontraron antiguos rivales durante la Guerra Civil, como el secretario general del PSOE Rodolfo Llopis, el antiguo líder de la CEDA José Mª Gil Robles, o el antiguo dirigente falangista Dionisio Ridruejo. Salvador de Madariaga, el alma del Congreso, manifestó al ver el saludo de Llopis con Gil Robles que la guerra había terminado. El periódico oficial del régimen, Arriba, lo calificó contubernio de Múnich. Pues bien, en Múnich se reunieron los que el 1977 tuvieron mayoría en las Cortes constituyentes. ¿Quiénes estuvieron ausentes en Múnich? El PCE (que estaba en contra del Mercado Común y de las instituciones comunes europeas), y don Juan de Borbón, porque temió encolerizar a Franco. El error de descalificar como contubernio esa reunión europea le costó el puesto al ministro Arias Salgado, que fue sustituido por Fraga Iribarne. Indirectamente, Múnich hizo que Fraga entrase como personalidad en la nueva etapa.

Juan Carlos de Borbón, y sus colaboradores más cercanos, se dieron cuenta de la importancia de Europa en el futuro de España y de la Monarquía. Don Juan de Borbón y el PCE no servían para llegar a ese modelo europeo. El único rey posible era Juan Carlos, especialmente para los socialistas(quienes en Múnich aceptaron la Monarquía si ésta permitía la Democracia), defraudados con su padre. ¿Pragmatismo? El pragmatismo ha sido siempre una corriente de pensamiento consustancial a la democracia liberal.

3º) La Transición y el Acta de Helsinki.

P:¿Cómo se ubica la Transición española en el contexto internacional.

R: “Yo defino la era que comienza convencionalmente en 1989 como “la era que todavía no tiene nombre”, y la defino como la era en la que los conceptos de “Nación y Revolución” han entrado en crisis definitiva. Según eso, la Transición española se inscribe dentro de esa fase de fin de era, y el acontecimiento internacional capital fue la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) de Helsinki (3 de julio de 1973-1 de agosto de 1975). El Acta de Helsinki supondrá que la doctrina nacional-revolucionaria de la URSS y de las dictaduras de todo signo será derrotada ideológicamente por la doctrina de los Derechos Humanos y del Estado Social y Democrático de Derecho. Hay que recordar que la tercera fase de la CSCE se celebró en Madrid en 1980.”

Juan José Laborda

Consejero de Estado-Historiador.

JUAN JOSÉ LABORDA MARTIN es senador constituyente por Burgos y fue presidente del Senado.

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