DESDE ULTRAMAR
FIFA, VW y Marihuana: escándalos sin fin
jueves 12 de noviembre de 2015, 20:32h
Decirles que ya no hay respeto por nada ni por nadie, sería una verdad de Perogrullo. No es que nos llamemos engañados ni estafados, o que nos sorprendamos, pero un tantito de “por favor” no sobraría. Desde luego que resulta francamente decepcionante constatar que ya no puede creerse ciegamente en nada y estamos siempre a un tris de pasar de lo correcto a lo equivocado, confundiendo los roles.
Porque si bien el panorama informativo actual, allende y aquende el Atlántico, es uno de los más desoladores y desconcertantes que hayamos presenciado en los tiempos recientes, el marasmo noticioso podrá ser visto como una veta inagotable, como una oportunidad extraordinaria para informar. Pero es agobiante. Hay sus más y sus menos, como es natural, pero por supuesto que aturde tanta nota desventurada.
Y es que llevamos semanas en que se devanea la información entre la masacre siria salpicando refugiados, con el contubernio de las superpotencias; o con el Estado Islámico incontrolable haciendo sus desgraciadeces a diestra y siniestra, la crisis venezolana ahondada por el inmaduro de Maduro, Cataluña que nos tiene en vilo afuera de España, Peña Nieto– a quien le aparecen propiedades por doquier, de inexplicable y no convincente origen– y nos aterra su confianza desbordada y no sustentada ante un 2016 que pinta fatal para la economía mexicana, al no estructurar un plan de gobierno dada su brutal inoperancia política; y los chinos y sus vecinos que andan a la greña por las islas artificiales, mientras Pekín y Washington juegan a las vencidas con puntapiés económicos; todo lo cual no es óbice para que giremos la cabeza y dirijamos la mirada a tres temas que se han ido quedando en el tintero y que requieren toda nuestra atención: la corrupción en la FIFA y en la armadora alemana VW, así como la posible legalización del consumo de marihuana en México. Vaya tela.
Habrase visto que no todo es fútbol ni la pasión que despierta ¡qué va!, puesto que la FIFA lleva meses sumida en un escándalo que ni termina ni se detiene. Y sí afecta al fútbol y la confianza económica que se había generado en torno a él. Crece la bronca como la espuma y a cada paso constatamos que no hay cabeza que se peine que no salga piojosa. Vemos funcionarios y dirigentes que se han servido del balompié sin recato alguno o nos revelan que recibieron prebendas indebidas a destajo o gozaron de influyentismo en el nombre del deporte, faltaba más, pero sin ser nada nuevo. Que enlodan a dirigentes españoles y argentinos, sí es verdad; mientras aguardamos a saber si habrá mexicanos en el sarao, porque nos parece inconcebible que por la forma amafiada de explotar el soccer en México, no aparezcan embarrados. No somos futboleros nada más porque sí, de a gratis. ¡No señor! aún estamos esperando cabezas por tanto desdoro. Blatter está hasta las manitas metido en un estercolero sin fondo y en el camino, se ven más limpios los jugadores al finalizar un encuentro que su diminuta percha que lleva tatuadas en la cara las palabras dinero, corrupción y avaricia. Blatter ha tragado más de lo que podía masticar y se ha empachado, al grado de hundirse y parece que no se quiere ir solo. Si me responde usted que lo importante es que la gente no deja de ir a los estadios –haciéndole el caldo gordo a la FIFA, conste– será que no tenemos remedio y entonces, dejémonos de tanta alharaca y gesticulación.
Lo de la empresa automotriz alemana VW, primera fabricante mundial de autos, no tiene nombre ni desperdicio. Los alemanes han presumido siempre de precisos y exactos y claman cero corrupción. ¡Aja! Pero el asunto ha evidenciado corrupción de altos vuelos falseando información sobre emisiones de sus vehículos, manchando tanto al buque insignia del empresariado alemán, como al nombre de Alemania. Casi nada. Y que no se excusen en las armadoras, que solo siguen las instrucciones de la matriz, por su dependencia absoluta de las directrices que llegan de Alemania. No hay más. Y sí, barro para casa porque la planta de Puebla de los Ángeles, en México – de las más importantes del mundo para la VW– ya anunció posibles recortes y despidos ante el desprestigio causado que golpeará las ventas planetarias de la empresa. Y ya han puesto a temblar a la Angelópolis, porque en buena medida la capital poblana depende de esa planta.
Deje usted los números atroces por la posible caída de las ventas. Hay algo mucho más dañado en todo el asunto de la empresa automotriz: el prestigio, que costó décadas edificar y que nos recuerda cuán sencillo es convertirlo en cenizas en un santiamén. Y sí, deja mal paradas a las autoridades ambientales europeas. Allí, en latitudes que niegan la corrupción y se escandalizan cada dos por tres de las corrupciones ajenas. ¿Tantas autoridades fueron engatusadas y engañadas? ¡anda ya! Y todo esto nos alerta que México presume de atraer armadoras de todas las marcas habidas, como símbolo de confianza en nuestra economía, ufanos de empleos (no discutamos si bien o mal pagados) e inversiones, privilegiando el automóvil y volviéndolo país maquilador; pero no reparamos en que el mundo apuesta por energías limpias y ecológicamente amigables. ¿Nos arriesgamos a que el planeta prescinda del automóvil y nos acuse de generadores de contaminantes? Cabe la posibilidad. Y se irían al garete empleos e inversiones.
Por último, sépase que en México la corte suprema ha extendido a 4 peticionarios un amparo por medio del cual ya podrían consumir marihuana sin ser criminalizados. El debate previo acusa que con fines medicinales y con fines recreativos deberían permitirla desde hace mucho. Su consumo sistemático es sabido que es degenerativo y como droga, está aceptado que no es benéfica a la larga. Mas un discurso tramposillo lo deja en solo la libertad de usarla. Pero no es comer chocolates. Una formación humanista impide aceptarla porque se vulnera la convivencia social y las elementales reglas que la soportan. Y empujan a la degradación de la persona. Punto. ¿Cómo permitirlo con la ley en la mano? No es equiparable al tabaco y un adicto a ella no es cosa menor. Como se plantea cual si solo fuera tema de libertades, la apoyan con gran despiste oyendo campanas sin saber dónde, quienes se oponen vgr. a fumadores de tabaco y a la tauromaquia. ¿Alucinante? Sí, desde luego. Es cosa de parecer progres. Es que no hay forma de entenderles. Como no estamos hablando de cualquier cosa, no puede avalarse la medida. Estamos para evitar una degeneración social, por ello ni aplaudir ni apoyar la decisión judicial, que puede desencadenar otros pronunciamientos a favor de su consumo. No nos equivoquemos, no perdamos los papeles, porque no se puede aplaudir una decisión así de permisiva sin siquiera contar con un estudio puntual del que hoy se carece. Antes de animarse y aplaudir como focas la decisión de la corte mexicana (errada, a mi juicio), razónese en la conveniencia real de semejante permiso. No es tan positivo como se le quiere presentar. Porque primero es un tema de salud pública y de seguridad pública, que no de libertades.