Sin acuerdo "a tres", a seguir esperando

Aún cuando no se sabía el resultado de este primer encuentro “a tres” entre PSOE, Podemos y Ciudadanos, a nadie sorprendía que no saliera un acuerdo. Después de lo visto y oído en las horas previas, más bien parecía que los Iglesias y Rivera estaban preparando de cara a la galería sus argumentos para justificar la falta de entendimiento.

La realidad, finalmente, es la que es y, como anunció Ciudadanos a la salida del encuentro, para Podemos “el acuerdo está en vía muerta”. Las posiciones están distantes y en las próximas horas volverán a hablar, decían para no aclarar absolutamente nada que no supiéramos todos ya.

Un tono elevado y agresivo con advertencias y amenazas, así como hablar de “cuñadismo”, amiguismo, enchufismo o dar lecciones de derechos humanos para luego decir que se sientan a hablar resultaba sorprendente. ¿Para qué? Si tirarse los trastos a la cabeza es la nueva manera de negociar, si eso es la nueva política, mejor nos irá con la política de siempre.

Los sermones y reproches entre ambos dejaban bien a las claras que la idea de fondo, esa pretensión ilusa de Sánchez de mantener en su corral a los dos gallitos, no es viable. No darse cuenta de esto es difícil, por lo que insistir en la tarea hace pensar en segundas intenciones o en las comentadas maniobras dilatorias para conseguir salvar, como ya nos ha dicho Villalobos, “su culo”.

El líder del PSOE debe estar imaginando complicados planes de futuro, pergeñando más maniobras orquestales en la oscuridad con otros partidos, al estilo de lo hecho en secreto con ERC, o poniendo ya velas a San Judas Tadeo.

Y digo yo: ¿Por qué insiste Sánchez? ¿Qué espera realmente Iglesias de este encuentro? ¿Cuánto pesa en el ánimo de C’s la reunión secreta de Sánchez con Junqueras? ¿Se fía Rivera de Sánchez?

No parece que se fíen mucho. Ciudadanos no se fía de Podemos y tampoco del PSOE. Podemos tampoco se fía del PSOE y nunca lo hizo de C’s. En el PSOE no se fían de Sánchez, ya que temen que quiera demorarlo todo y llegar lo más lejos posible para no dar opciones a la Ejecutiva del partido de reacción ante una más que probable convocatoria de elecciones.

Y todos cada vez se fían menos de la financiación del partido de Iglesias. La solidaridad no es objetiva y va en la dirección que cada uno quiere. A saber qué tendrá más lógica, si que los militantes de un partido de centro derecha donen mil euros cada uno o que afines a una formación de izquierdas con unos ingresos inferiores a 12.000 euros al año entreguen 5.000. Al final, no hay tanta diferencia entre la nueva y la vieja política.

Sin acuerdo “a tres”, ¿qué es lo próximo que nos espera a los españoles en este esperpento por intentar formar, como nos han repetido hasta la saciedad, un Gobierno de izquierdas, reformista y progresista?

Lo próximo que nos espera es precisamente eso, esperar. Es decir, justo lo que España necesita en este momento, seguir esperando. Luego nos quejamos.