Ya parece que se atisban algunas de las estrategias de campaña de cara al 26J. Concretamente, varias formaciones están haciendo llegar de forma muy clara su mensaje: voto útil. Al final, no deja de ser lo mismo de siempre, aunque con diferentes protagonistas.
Por la derecha, Mariano Rajoy sigue cantando las verdades del barquero a todo el que quiera dejarse convencer por los logros conseguidos en materia económica. Además de insistir en la misma cantinela el presidente muchos meses ya en funciones, todo el aparato está manos a la obra para que cale la idea de que, como es un ‘todos contra el PP’, hay que ir a votar y conseguir que Ciudadanos cambie de
partener en eso de acordar para formar Gobierno.
Por la izquierda la guerra parece más encarnizada. El reciente pacto entre Podemos e IU tiene muy preocupados a los socialistas, que no dejan de echar cuentas y releer encuestas que puedan reflejar si el temido
sorpasso puede ser una realidad. A Pedro Sánchez no le salen las cuentas, pero es que a Pablo Iglesias y Alberto Garzón tampoco. Aquí está la pelea por ese voto útil que lleve a la izquierda española al Poder o a seguir en la oposición.
Y digo yo: ¿Cuál es el voto útil por la izquierda? ¿PSOE? ¿Podemos? ¿O Podemos con IU?
Parece que la insistencia de Podemos e IU en conceder referéndums de autodeterminación “con garantías” para Cataluña, y todo aquel que se quiera subir al carro de la independencia, separa de manera rotunda cualquier entendimiento entre “toda la izquierda”. Aunque los pactos entre ellos existen en seis comunidades, en el PSOE ya han dejado claro estos días –y es parte de la estrategia– que son la izquierda moderada.
Más dura ha sido Susana Díaz. “¿No somos la casta y el cortijo? Pues basta ya de juegos. Se les nota demasiado que lo que pretenden es enredar en el resto de partidos políticos y enfangar la vida pública”, decía la principal lideresa socialista, llamada a optar seriamente por la dirección si Sánchez fracasa, ante las propuestas de Podemos para ir juntos al Senado.
No es poca cosa la estrategia podemita de ir pidiendo provincia a provincia al PSOE un pacto para acudir juntos al Senado. Pese a que Sánchez y Díaz han dejado clara su postura de no pactar con la formación morada, el líder de los socialistas valencianos, al que no había parecido una mala idea la propuesta, se encuentra con la difícil papeleta de dar respuesta a más de 200 alcaldes de esta comunidad que ven con buenos ojos el ofrecimiento de Podemos. Veremos por dónde sale Ximo Puig, que ya se califica de díscolo en la calle Ferraz.
Así pues, el PP pide el voto útil apelando al miedo a un frente popular con los tres grandes partidos de izquierdas que van a “destrozar” todo lo hecho hasta ahora. De paso, avisa a la formación de Albert Rivera de quién manda aquí. Pero ojo, si no salen las cosas como esperan en la calle Génova, quizá sea el líder de Ciudadanos el que ponga la condición, ya conocida, de que acuerdo sí, pero sin Rajoy. Dura pugna. Si uno es pertinaz, el otro no es menos cabezota.
Podemos reclama también ese voto que permita dar un salto de calidad, dicen, en la izquierda española a la vez que insiste en la estrategia del miedo a todo lo que hace la derecha. Por su parte, el PSOE apela al voto del miedo al PP y el voto de mucho miedo a Podemos. Para ambos lo mismo: unos son lo peor de la derecha y los otros lo peor de la izquierda.
Todos tienen algo malo que decir de su contrincante y todos meten miedo a cuenta del oponente, pero lo cierto es que los que realmente nos atemorizamos somos todos los españoles con derecho a voto, que no sabemos si una vez depositado se va a respetar o si tendremos que ver cómo pactan con esos que no queremos.