Guerra total frente a la yihad asesina
miércoles 27 de julio de 2016, 11:01h
En el recuerdo, y en el corazón, de todos permanece cada una de las víctimas que se ha cobrado la yihad asesina. Han pasado quince años desde que Al-Qaeda estrelló dos aviones contra las Torres Gemelas, y doce desde que la Red de Cercanías madrileña se convirtió en un escenario dantesco. Estos dos atentados terroristas provocaron espantosas masacres. Y no han sido las únicas en una lista que se engrosa con diabólica rapidez. Porque los criminales del islamismo radical están empeñados en que cada día no solo recodemos a los caídos, sino que revivamos el horror en una escalada que va a más. Hoy, Al Qaeda sigue activa, pero a ella hay que sumar otros grupos terroristas, especialmente el muy sanguinario autodenominado Estado Islámico, que tiene su madriguera en amplias zonas de Irak y Siria, extendiendo desde allí sus macabros tentáculos a todo el mundo.
En las últimas semanas se han acumulado los ataques, con Francia y Alemania en su principal punto de mira, aunque todos los países están bajo la amenaza del terror. Hace bien poco, un terrorista arremetía con un camión a la población indefensa que asistía en Niza a los festejos del 14 de julio por la fiesta nacional francesa. Hace menos que otro terrorista explosionó varias cargas junto a un céntrico restaurante en la ciudad alemana de Ansbach, en Baviera. Y ayer mismo, de nuevo, el sobresalto: dos hombres fuertemente armados irrumpieron en una iglesia en Normandía, retuvieron a quienes allí estaban y degollaron al padre Hamel, grabando su vil asesinato. El Daesh está detrás de toda esta barbarie.
El presidente francés ha vuelto a repetir lo que viene diciendo cada vez con más frecuencia: “El Estado Islámico nos ha declarado la guerra”. Y sin ninguna duda tiene razón. Y no solo se la ha declarado a Francia sino a todo el mundo occidental. Hay que ser muy conscientes de ello y tomar más medidas, porque es urgente responder al desafío criminal del Daesh. Tanto en el interior de cada país como en su propio epicentro. En esta escalada, con un Daesh envalentonado, puede haber llegado ya la hora de que Occidente se plantee combatirlo sobre el terreno en sus guaridas. Hay que responder con la guerra total a la declaración de guerra de la Yihad asesina.