El terrorismo islamista golpea a Israel
lunes 10 de octubre de 2016, 09:14h
Este pasado fin de semana, un joven palestino tiroteaba la parada de un tranvía, matando a dos israelíes y dejando heridos a otros 8. Lejos de condenar el atentado, Hamas reconocía al terrorista como “uno de los suyos”, al tiempo que le tildaba de “mártir” y elogiaba su acción.
Nada nuevo, por otra parte. Lo ocurrido este pasado fin de semana en Jerusalén es fiel reflejo de la tensión diaria a que deben de hacer frente los ciudadanos israelíes, en una sinrazón que dura ya demasiado. Se ha pasado de tirar piedras a los soldados en los “territorios ocupados” a que cualquier palestino, niños incluidos, apuñale o tirotee indiscriminadamente a todo aquel que vaya en autobús, se halle en un centro comercial o simplemente esté durmiendo en su casa.
La sensación de temor, muy extendida, está plenamente justificada. Pero esta vez -al igual que casi siempre- los responsables no son los israelíes, sino los propios palestinos, incapaces de condenar como es debido todos estos ataques. El resultado a la vista está: mayores restricciones para entrar en Israel a trabajar -la mayoría de los palestinos tiene allí su puesto de trabajo- y una merma considerable de visitantes e ingresos en sus ciudades. Es el precio que hay que pagar por no combatir el terrorismo desde su origen.