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TRIBUNA

Invocación a la seguridad existencial

miércoles 21 de diciembre de 2016, 20:16h

El pasado 19 de diciembre el terrorismo yihadista volvió a ser protagonista indiscutible en nuestro entorno europeo, en este caso en un escenario inesperado, un concurrido mercadillo de Navidad berlinés. La peculiaridad digna de destacar es que se encontraba en la zona más popular y céntrica del Berlín occidental, a pocos metros de la iglesia en memoria del Kaiser Guillermo que, paradójicamente, se encuentra con un aspecto deliberadamente decadente para no olvidar los desastres y el horror que acompañaron a la II Guerra Mundial. Por desgracia, esta iglesia tuvo que ser nuevamente testigo de una grave tragedia.

El atentado terrorista, reivindicado por el autoproclamado Estado Islámico, pone una vez más sobre la mesa cuál ha de ser la forma más eficaz de erradicar este mal que azota a innumerables países en el siglo XXI. El hecho de que en este momento se esté buscando a un solicitante de asilo tunecino de solo 21 años, vinculado al islamismo radical, como posible autor de la matanza de 12 personas y medio centenar de heridos, hace pensar en la dificultad de controlar a todos aquellos sujetos que están en largas listas de sospechosos por sus actividades o afinidades islamistas.

No hay duda de que Alemania vive la amenaza yihadista, como Francia, Bélgica o Reino Unido, entre otros países del contexto europeo. Un estudio del Centro para Combatir el Terrorismo (CTC) de la Academia Militar norteamericana de West Point acaba de confirmar que en Alemania hay células vinculadas al Estado islámico o lobos solitarios capaces de atentar sin grandes dificultades. La falta de duros controles habría permitido su ingreso a través de las vías abiertas para inmigrantes y refugiados. Aunque la religión no parece ser el móvil principal que empuja a los yihadistas a atentar en representación del IS en Europa, sino motivos políticos y culturales, los efectos devastadores de sus acciones no dejan de resultar igualmente execrables.

Está claro que Angela Merkel va a tener que modificar su política de asilo y las peticiones de asilo que le llegan, fundamentalmente, por la presión que le van a crear distintos partidos políticos radicalizados por su oposición a los inmigrantes como es el partido derechista Alternativa para Alemania (AfD), los medios de comunicación a nivel internacional y, a fin de cuentas, la propia ciudadanía alemana. Si llega a demostrarse que el sospechoso pudo cometer el atentado a pesar de tener denegada la solicitud de asilo podría llegar a plantearse la expulsión de todos aquellos sujetos que estando en territorio alemán no tienen a día de hoy reconocido el derecho de asilo.

Pero quizá todo ello no sea suficiente para acabar con esta lacra social si pensamos en que hacía solo unos días se había detenido a un menor de doce años de origen alemán-iraquí por intentar poner una bomba en otro mercadillo navideño en Ludwigshafen, al suroeste del país.

A Angela Merkel no le ha temblado el pulso a la hora de aprobar un proyecto de ley que permitirá que se instalen cámaras de vídeo-vigilancia en lugares públicos. En realidad, este proyecto ya estaba en marcha y el atentado no ha hecho más que darle prioridad absoluta en la agenda política del gobierno alemán.

No sorprende a nadie que el tema levante grandes suspicacias entre el pueblo alemán puesto que no tan lejos en el tiempo quedan las labores de espionaje que realizaron tanto la Stasi, la policía secreta de la Alemania del este, como la Gestapo del movimiento nazi.

Ante la cuestión de qué es más importante si la libertad o la seguridad, la respuesta parece ir a favor de este último valor, aún a sabiendas de que casi siempre va en detrimento del primero. El lema de “no hay libertad sin seguridad existencial” parece ser la bandera de todos los países que viven actualmente bajo la amenaza del terrorismo internacional. Y por ello es de suponer que no habrá voces discordantes con la nueva legislación que va a permitir restricciones sobre la protección de datos respecto a vídeo-vigilancia en calles, centros comerciales, eventos deportivos y aparcamientos en Alemania. Es más, el gabinete de ministros alemán ha llegado a permitir a los agentes de policía federal que lleven cámaras adosadas al cuerpo, a raíz del aumento de ataques contra la policía que se han venido produciendo en los últimos meses.

En la famosa obra Leviathan (1651) ya lo dijo el filósofo contractualista Hobbes, y antes que él teóricos del Estado como Bodin y Maquiavelo, el Estado está para garantizar la paz y la seguridad existencial. Esta es su razón de ser. Por eso resulta un contrasentido hablar de “Estado Islámico” desde el momento en que su poder soberano se fundamenta en la guerra y en la propagación del terror sin cortapisas.

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