La entidad ganó 10.600 millones en recursos de clientes a pesar de la puntual fuga de depósitos tras el 1-O.
Caixabank ha presentado sus resultados anuales este viernes, por primera vez en su historia desde Valencia y no desde Barcelona. “Ha sido un año muy favorable”, ha subrayado su presidente Jordi Gual. Los números son elocuentes: el banco ganó 1.684 millones, lo que supone un ascenso del 61% con respecto al año anterior,. Se trata del mayor beneficio anual registrado por Caixabank, lo que daba un cariz doblemente histórico a la cita.
El presidente de la entidad Jordi Gual y el consejero delegado Gonzalo Gortázar han explicado las claves del éxito de Caixabank, que se ha presentado, desde Valencia, como un banco nacional, pero también, y cada vez más, como un banco ibérico. El peso de BPI , la filial portuguesa, ha sido una constante a lo largo de la presentación en la que también se ha destacado la buena marcha del banco en España, donde el beneficio ha aumentado un 44,1% hasta los 1.508 millones de euros.
“Desplegamos toda nuestra actividad en toda la geografía nacional y la geografía ibérica. Estamos enraizados en todo el territorio y confiamos enraizarnos en Portugal”, ha destacado Jordi Gual.
Caixabank tomó la decisión de trasladar su sede social de Barcelona a Valencia tras el referéndum ilegal del 1 de octubre en Cataluña, y ante la posibilidad de que se produjera una declaración unilateral de independencia. En la presentación de resultados, su presidente ha defendido la decisión: “No hubo sobrerreacción. Una entidad está obligada a garantizar a todos sus clientes, accionistas y empleados la seguridad y continuidad del negocio”, sentenciaba.
Fue, en opinión de Gual, una decisión adecuada porque trajo “confianza” y se produjo la “reversión inmediata” del fenómeno de salida de ahorros y depósitos. No fue fácil, sin embargo. El presidente agradecía en público “todo el esfuerzo de la red comercial” en los primeros días y semanas tras el referéndum ilegal.
“A algunos clientes les disgustó desde el punto de vista emocional, pero la obligación fundamental de una entidad financiera es asegurarse el acceso a la liquidez del Banco Central Europeo y la seguridad de los depósitos y los ahorros de los clientes”, abundó.
El consejero delegado, Gonzálo Gortázar, entraba en detalle: durante el último trimestre del año se produjo una salida de recursos de clientes de 700 millones de euros. Sin embargo, en el conjunto del año, Caixabank ganó 10.600 millones de clientes, y tan sólo son un 0,2% de los recursos totales, por lo que Gortázar calificó de “absolutamente inmaterial” la pérdida.
En cuanto al impacto en el resto de la economía española, el banco realizó sus cálculos. En un primer momento pensaron que los sucesos de octubre en Cataluña restarían dos o tres décimas de crecimiento a la economía española. Conforme se van desenvolviendo los sucesos, Caixabank considera que el impacto se circunscribió a octubre, y que 2018 será un buen año para la economía española, con un escenario de crecimiento, calculan, del 2,5% del PIB.
El idioma castellano ha servido como lengua vehicular durante toda la rueda de prensa para contestar a los periodistas. Requeridos sobre a qué zonas de España había afectado con mayor virulencia la fuga de depósitos, no se han dado detalles de cada comunidad autónoma en particular. “No nos haríamos un favor entrando en detalles”, ha dejado caer, sin embargo, Gual, que ha animado a “seguir adelante” en toda la red territorial, no sin dejar de destacar la “absoluta normalidad entre los clientes con cuentas domiciliadas en Cataluña”
La situación que se produjo en octubre en Cataluña fue un “sobresalto”, en palabras de Gual, y ha emplazado a los interlocutores políticos al diálogo y el respeto a la legalidad para superar la situación. En resumen,
para Caixabank ha sido un “año extraordinario", en el que "los vaivenes de octubre han quedado francamente completamente superados”.