El exmayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluis Trapero, ha prestado este viernes declaración en la Audiencia Nacional, donde ha sido citado por la jueza Carmen Lamela, quien así se lo notificó el pasado lunes. La Fiscalía ha pedido para él 50.000 euros de fianza al entender que se ha producido un "agravamiento" del nivel procesal porque se le imputa en este momento un segundo delito de sedición, "y puede ocultar pruebas".
Si bien, Lamela ha dejado en libertad al exmayor de la policía autonómica porque considera que los motivos argumentados por la Fiscalía "no son suficientes para incrementar las medidas cautelares personales ya adoptadas", que Trapero viene cumpliendo "escrupulosamente" desde que le fueron impuestas.
Lamela investiga si Trapero ha cometido un delito de sedición esta vez en relación a su actuación durante la celebración del referéndum del 1 de octubre. Según la magistrada, la finalidad inmediata de Trapero estaba orientada “a facilitar la celebración del referéndum y con ello la proclamación de una república catalana, independiente de España, siendo consciente de que desarrollaba una actuación al margen de las vías legales, desatendiendo el mandato recibido desde el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y encontra de las decisiones adoptadas por el Tribunal Constitucional”.
Los hechos atribuidos a Trapero podrían constituir, según Lamela, dos delitos de sedición por los hechos acaecidos el 20 y 21 de septiembre y el 1 de octubre "sin perjuicio de ulteriores calificaciones“.
La magistrada también se dirige a los Mossos, a quienes pide que detallen cómo se les comunicó el operativo del referéndum, además de la identidad de las personas que lo hicieron, los medios escritos u orales utilizados, las pautas de actuación, las órdenes recibidas, la identidad de los jefes de las unidades que se encontraban de servicio aquel día, y las composición y funcionamiento de la cadena de comunicaciones internas entre los agentes que se encontraban de servicio durante aquella jornada.
Lamela explica que la investigación de los hechos le ha llevado a poder afirmar que la actuación de los Mossos "fue dirigida a obstruir cualquier actuación que bloquease el plan estratégico hacia la independencia”. Con esta finalidad, relata, “se diseñó un plan premeditado para evitar actuar, que procedía de la cúpula policial de Mossos d’ Esquadra, cúpula comandada por Josep Lluis Trapero y en conexión directa con los miembros del comité estratégico”.
La conducta de los Mosos, según Lamela, desde el 20 de septiembre hasta la fecha del referéndum el 1 de octubre, “enmascarada bajo los principios de actuación policial de proporcionalidad, congruencia y oportunidad, fue de total inactividad”.