El icono del ring se ha convertido en un empresario de éxito en el sector.
Queda ya muy lejos el ascenso a la gloria del boxeo y la caída a los infiernos personales de Mike Tyson. El estadounidense ha demostrado valentía para enfrentar sus problemas a lo largo de las últimas décadas, llegando a ejecutar varias confesiones públicas de sus esquinas más íntimas. Y ha estado buscando la manera en la que reemprender el camino vital, fuera de la dinámica del deporte. Lo ha intentado como conferenciante motivacional y, finalmente, parecería haber conseguido su objetivo de renacer fuera del ring.
Aprovechando que California dio luz verde a la legalización del cannabis en enero de 2018, Tyson se subió a esa ola con un vehemencia tan poderosa como sus golpes. El cambio de los guantes de boxeo por la producción de marihuana fue anunciado a comienzos de este año. El portal norteamericano The Blast publicó en esa época que el apodado como Kid Dynamite había comprado un terreno de ocho hectáreas con el fin de convertirlo en un racho en el que cultivar la mencionada droga.
El proyecto en el 'Tyson ranch', que cuenta con un área dedicado al cultivo de marihuana y otras dedicadas a comercios, un anfiteatro y a clases sobre cómo realizar de manera eficaz la cosecha de dicha planta, fue evolucionando y crediendo en estos meses. La conexión de Tyson con el cannabis, del que es firme defensor por sus beneficios terapéuticos, pasó del positivo en el 2000 por marihuana a esta pretensión de mutación en un empresario exitoso.
El 3 de enero se anunció que la suerte de 'resort' de la marihuana tendría entre sus trabajadores a veteranos del ejército estadounidense, pues el rancho es vecino de la Base de la Fuerza Aérea Edwards. Y la idea pasaba por apoyar la investigación de las aplicaciones en la medifica que puede tener el cannabis. Bajo esos presupuestos, y con la supervisión del propietario, el modelo de negocio alcanzó peso hasta contar con la publicidad de figuras mediáticas como el luchador de la UFC Conor McGregor.
Tal es la repercusión de este proyecto que Tyson ha conseguido que esta experiencia sea grabada y emitida como serie de televisión. A finales de octubre se anunció que el ex campeón de los pesos pesados, de 52 años, ha empezado a rodar Rolling with the Punches, una cinta que pretende enfocar su nueva vida desde la comedia y la información en torno a la marihuana. "Es sencillo. Estoy haciendo de un boxeador retirado que está cultivando marihuana. Básicamente soy yo haciendo de mí mismo, para que la gente pueda ver cómo es mi vida en diferentes escenarios", sintetizó Tyson sobre un aproeducción que estará preparada para su emisión en torno a mayo de 2019.
Y en pleno proceso de expansión, el que fuera icono del deporte estadounidense en los 90 ambiciona la cima. El 12 de noviembre ha declarado que "quiero tener la compañía más grande del mundo". Así de claro se lo ha dejado al medio norteamericano TMZ. Su rancho cercano al Parque Nacional Death Valley, en California City, ha virado hacia la explotación de un nuevo modelo de negocio que cuenta con el respaldo del productor de cine Robert Hickman, Jay Strommen y la alcaldesa de la ciudad, Jennifer Wood.
El sitio web de la empresa asegura que el emprendimiento busca que se avance sobre la investigación en torno al impacto de la marihuana en la salud. Según se narra en el texto fundacional de la compañía de Mike Tyson, "el CBD, compuesto de cannabis, ha demostrado ser un agente antiinflamatorio, anticonvulsivo, antioxidante y antipsicótico". "La variedad de marihuana que crece en tu rancho "Ko Kush" está muy bien. Ha sido un honor probar tu marihuana, y te deseo a ti a y todo tu equipo mucha suerte en este proyecto", escribió en las redes sociales McGregor, tras haber probado el cultivo del boxeador.